Esta semana la
capital española está de enhorabuena:
Henri Matisse, uno de los grandes de la pintura francesa, ha llegado al
Museo Thyssen en la forma de una impresionante
retrospectiva que abarca los
años centrales de su producción. Un período en el que el pintor dará forma a su
característico estilo, reconocible en varios estadios de su labor creativa.
"Matisse, 1917-1941" reúne obras procedentes de los
fondos de medio centenar de museos y colecciones privadas de todo el mundo, muchas de ellas nunca vistas en España, en una muestra que permanecerá abierta
hasta septiembre de 2009.
La evolución de Matisse quizá sea, de entre todos los expresionistas franceses, la que sufrió un giro más radical a lo largo de los años: desde los primeros tiempos de un lenguaje compartido ya desarrollado (y más tarde descartado), hasta las formas fluidas, ligeras y dominantes de color, de sus últimos años. Entre medias, cuarenta años de progresión hacia la estilización y la depuración, investigando y eliminando. Un estilo que alcanzará su máxima expresión esquemática al final de su vida, en parte debido a la enfermedad que le postrará en cama. Aún así, Matisse es reconocible en todas y cada una de sus obras. Por muy distintas que éstas parezcan, siempre existe una nota dominante que lo inunda todo: un cierto aire naïf que no termina de caer en el simplismo -gracias a la calidad de las composiciones, muy bien estructuradas, y a la fuerza del color- y que halla su contrapunto en los temas escogidos por el francés, entre los que destacan, para muchos, sus interiores.
Ahora, alrededor de 80 obras ofrecen una mirada a los años centrales de su trayectoria en una exposición organizada por el Museo Thyssen-Bornemisza, institución que ha logrado traer a España algunos de los cuadros más famosos del pintor. La muestra, dividida en seis grandes bloques temáticos, realiza un recorrido por los años de aislamiento de Matisse en Niza y el periodo de su viaje a Haití, al tiempo que presenta un análisis de las implicaciones que tendrá para su producción el clima político vivido en la Europa de entreguerras.
Más información: Museo Thyssen-Bornemisza