El niño que mira, el globo que vuela, caballos al galope bajo la atenta mirada de la luna, la novela en el tablero, el Che en el muro y el caballero azul en el horizonte. ¿Qué misterios esconden los lienzos de Thierry Merget? ¿Por qué nos transmiten calidez pero también perplejidad? Dejemos nuestro mapa de la realidad a este lado y crucemos el marco para dejarnos guiar por la brújula que propone el pintor belga y pasear por sus caminos de la libertad.

Instalado en Ciergnon en el corazón de la Famenne, Merget disfruta de su taller en una de las regiones forestales más ricas de Bélgica. En esta zona, se encuentra el bosque que da nombre a una de las series del artista (Forêt Royal). En Ciergnon, también está el Castillo Real. Y es que este enclave está asociado a la familia real belga desde que a mediados del XIX Leopoldo I adquiriese vastos terrenos en la zona a petición de su esposa Louise-Marie.

Forêt royale 1.

Forêt royale 1, Thierry Merget

No creemos que Merget haya situado su atelier en Ciergnon por estar cerca de la realeza, sino más bien por vivir en un entorno natural que ofrezca serenidad a la mente e inspiración al pincel. Pero el belga no es (solo) un paisajista, a pesar de que la naturaleza esté presente en su obra. Merget prefiere acudir al símbolo y al sueño para dar rienda suelta a sus fantasías… de libertad.

Asomados a los caminos de la libertad

Lo primero que llama la atención de su serie Les chemins de la liberté es la presencia del marco ilusionista, una suerte de trampantojo que convierte sus cuadros en ventanas a las que el espectador se asoma acompañado de un niño o una niña sentados en una esquina.

Les chemins de la liberté 1, Thierry Merget

Les chemins de la liberté 1, Thierry Merget

Como en Les chemins de la liberté 1, la niña sentada en un tablero que sobresale el marco observa con calma un paisaje simbolista en el que destacan varios elementos que se repiten en buena parte del resto de la serie y de su obra: la fantástica ciudad medieval a modo de torre de Babel, el puente, el grafiti del Che Guevara, la barca y el globo, estos últimos también rebasando el marco.

La técnica abocetada y las armonías de colores terrosos otorgan al cuadro una atmósfera de ensueño cercano a lo naif, pero la presencia del grafiti y el nombre de la serie nos devuelven a la realidad contemporánea.

El grito de Merget

En Le Cris nos acercamos a la ciudad sin marco ilusionista. El caballo, animal habitual en la obra del belga, relincha con violencia mientras unos niños unidos por las manos parecen prepararse para sostener la acometida de la oscura autoridad que asoma, abigarrada y protegida por escudos, por las calles de la ciudad. Los caballos ya gritaban aterrados con sus lenguas afiladas en El Guernica. Los tiempos no han cambiado tanto, parece decirnos Merget, el miedo y el combate por la libertad siguen presentes.

Le cris, Thierry Merget

Le cris, Thierry Merget

En Les trois fenêtres el paralelismo con la mítica obra de Picasso se hace todavía más presente y casi podemos escuchar los alaridos de los manifestantes entre los cuales hay otra figura reconocida por todos. Es El Grito de Munch que sigue resonando en nuestros cerebros a pesar de haber pasado ya más de un siglo. En esta obra el punto de vista cambia y nos vemos arrojados en medio del tumulto, agobiados por la carga de la autoridad cuya presencia se pierde sin fin en el horizonte.

Les trois fenêtres, Thierry Merget

Les trois fenêtres, Thierry Merget

De evidente trasfondo político, estas obras del artista belga muestran el estado de alarma social que en Europa  deparan conflictos como la crisis económica o el terrorismo. Tal vez la culpa la tenga la vanidad de nuestros tiempos como parece transmitir uno de sus cuadros más significativos, Des siècles de vanité.

Des siècles de vanité, Thierry Merget

Des siècles de vanité, Thierry Merget

Y si buscamos referencias a otros artistas, no podemos olvidarnos de obras como Les 4 saisons, en la que el belga dialoga con uno de los cuadros más populares de Van Gogh.

Les 4 saisons, Thierry Merget

Les 4 saisons, Thierry Merget

Paisaje sensorial

Pero el pintor belga también nos muestra otra vertiente de su obra en series de paisajes como la mencionada Fôret Royal en la que Merget experimenta con el color recordando en su tratamiento a los Nabis como en el caso Fôret Royal 1 o Fôret Royal 6. El artista belga aparca su expresionismo simbólico en otros paisajes muy estimulantes a nivel sensorial como en Le pont interrompu.

Forêt royale 6, Thierry Merget

Forêt royale 6, Thierry Merget

Existen muchos caminos que llevan a la libertad… creativa. Partiendo de algunos tótems del arte contemporáneo, Merget ha construido su propio universo en el que se combina denuncia y reivindicación política con un estilo que enlaza el símbolo y lo naif con el expresionismo figurativo.

Le pont interrompu,Thierry Merget

Le pont interrompu,Thierry Merget

 

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