«A veces el cuadro está exigiendo algo. Parece irreal o absurdo, pero es así, el cuadro te pide, te ves forzado por él, manda más la obra que tú misma».

-Montserrat Gudiol.

Como todos los niños, la pequeña Montse admiró a su padre desde siempre y, en ocasiones, le observaba mientras trabajaba. Esto no hubiera tenido mayor relevancia de no ser porque su padre era arquitecto y crítico de arte. Y, aunque el mérito es completa y absolutamente de Montserrat Gudiol (1933) por su obra, la historia del arte se hubiera perdido una estrella en el firmamento de no haber sido por este pequeño detalle. Corría la década de 1940 cuando esta catalana de Sant Adrià de Besòs (Barcelona) comenzó a pintar y, por aquel entonces, que una mujer se dedicara a la pintura profesionalmente era un acto de rebeldía. Pero, como se suele decir, «She did it«. Esta es la apasionante vida y obra de la que posiblemente sea una de las cinco pintoras más relevantes en la península en el siglo XX.

Montserrat Gudiol Corominas

Montserrat Gudiol Corominas

Montserrat Gudiol, pintora académica catalana y pionera

Montserrat aprendió a pintar como aprenden aquellas personas en las que no cree nadie; por su cuenta. Se formó de manera autodidacta durante años (después sería adoptada como pupila en el taller de Ramón Rogent) y a la edad de 17 años tuvo su oportunidad cuando expuso en el Casino de Ripoll. Su gran oportunidad llegaría en una exposición colectiva en Estados Unidos en 1964. Su obra destacó entre grandes artistas de su tiempo como era el caso de Tàpies.

No fue hasta 1970 que crearía su gran obra Sant Jordi que a día de hoy es una de las grandes pinturas del arte catalán contemporáneo. Por si fuera poco, Montserrat Gudiol se granjeó el beneplácito de la burguesía catalana hasta tal punto que, en la década de los setenta, fue la más popular de entre todos los artistas para colecciones particulares. Su fama se extendió hasta su muerte el pasado 25 de Diciembre de 2015.

Sant Jordi (1974), Montserrat Gudiol.

Sant Jordi (1970), Montserrat Gudiol.

Sant Benet, Sant Jordi y Maternidad Azul, la Trinidad de Montserrat Gudiol

Su primera gran obra fue compuesta en 1964 en una España convulsa que se preparaba para la transición, aunque no fuera consciente y aunque sus figuras nunca tuvieron un simbolismo, lo cierto es que el rostro hierático de la obra de Sant Benet (1980) que se asemeja a una máscara con la que se recubre la oscuridad del ser, bien podría ser una expresión extrema de su tiempo.

Sant Jordi arde en este cuadro del que se desprende la voracidad del color sobre la figura humana. Gudiol era una amante del surrealismo al que insufló un aire más propio del cuatroccento italiano. Este contraste le valió la simpatía de buena parte de la burguesía de la década de los setenta y, de hecho, fue la más demandada de las pintoras de la época. Se puede visitar en la Real Academia Catalana de Bellas Artes de San Jorge.

Sant Benet (1980), Montserrat Gudiol.

Sant Benet (1980), Montserrat Gudiol.

Por otra parte, su obra famosa más madura, Maternidad Azul (1974), mostraba la destreza de esta pintora en lo que se refiere a la luz. De hecho, podemos extraer que su aprendizaje en la escuela alemana de la época en sus viajes fue bien aprendida y aprehendida. Este cuadro muestra la pureza que acarrea la creación de la vida.

La obra de Montserrat Gudiol: extorsión a Carina Boronat y recuperación del arte

Como ya hemos anticipado, Montserrat Gudiol, pintora académica catalana fue una pionera. Por ello sus cuadros se exponen en numerosos grandes museos. Es el caso del Museo Reina Sofía. También se pueden encontrar sus obras en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona. Asimismo, la obra de esta magnífica artista se puede contemplar en museos de Johannesburgo, Lausana o Bilbao entre otros. De hecho, es posible que de aquí a unos años sea posible ver alguna de las obras de la colección particular propia de la artista. Así pues, también algunas otras obras de grandes pintores que forman parte de la colección familiar.

Maternidad azul (1974), Montserrat Gudiol.

Maternidad azul (1974), Montserrat Gudiol.

La extorsión a Carina Boronat

El año 2016 no fue un buen año para la familia de Montserrat Gudiol que se tuvo que enfrentar a la muerte de la artista y, además, a la extorsión de una banda que se hicieron pasar por potenciales compradores bajo un pseudónimo. Estos pedían 600.000€ por una colección que alcanzaba los 3.000.000€. Durante meses estuvo sufriendo la extorsión constante por parte de este grupo que aseguraba que revelaría datos comprometidos acerca de la artista. El patrimonio artístico de Montserrat Gudiol abarca obras suyas pero también de otros artistas. La colección fue robada pero las 443 obras se recuperaron, finalmente. Fue gracias a la intervención de los mossos d’esquadra. Este mes de Diciembre se celebra el primer aniversario del fallecimiento de esta gran pintora.

El legado de esta artista queda patente en su extensa obra y en las decenas de exposiciones que realizó en vida. A lo largo de su trayectoria fue galardonada con numerosos premios. Actualmente está considerada una de las grandes autoras europeas y una de las que mejor supieron exprimir la conjunción de dos estilos tan dispares como el romanticismo y el surrealismo. Su obra, en ocasiones, rememora al grandísimo poeta William Blake. De hecho, algunos de sus cuadros surgen de ese infierno común que se identificaba en las acuarelas que el escritor convirtió en afición pero que bien podrían haber sido su medio de vida. La maravillosa habilidad de Montserrat Gudiol para hacer uso de las técnicas innovadoras y tradicionales en temáticas íntimas y cotidianas dejó un hueco que solo su densa obra es capaz de llenar.