Puede que de no ser por ella no hubiera llegado a nacer el genio de Warhol pero nunca lo sabremos. Lo que sí podemos asegurar es que Yayoi Kusama, a sus 90 años, ha despertado el interés de los practicantes de la minería cultural para redescubrir el mito de una artista versátil e inquieta, tan extravagante como eficiente, brillante y vanguardista. Todo ello surgido de un Japón muy diferente al de ahora en el que la psicodelia no casaba excesivamente bien con el tradicionalismo del país nipón. Su vida en Estados Unidos le cambiaría la vida y le llevaría a poder exponer junto a todas esas glorias que hoy recordamos de la escena del denominado Arte Pop. Desenterramos al mito para admirar a la artista tras la obra.

Yayoi Kusama. Exhibition In Infinity in HAM, Helsinki.
Photo by Katja Nevalainen

La locura hecha arte de Yayoi Kusama

Es imposible que no atraiga nada más mirar sus creaciones; irreverentes, repletas de carisma … y de una locura tan poco terrenal como ella misma. Yayoi Kusama es un producto de su vida y esta le acompañó hasta la actualidad. Su infancia y adolescencia estuvieron marcadas por un exceso de peso emocional que estaba aderezado por los abusos sexuales y agresiones físicas que había vivido y que la llevaron a desarrollar alucinaciones auditivas y visuales en su juventud. Con el ánimo de alejarse de todo el horror, se marchó a Nueva York para formar parte de la Avant-Garde en dónde bullían las ideas más innovadoras de Estados Unidos. Durante esta época llamó la atención de sus colegas y del público en general por una obsesión por los happenings en los que Yayoi se dedicaba a pintar a personas lunares brillantes.

“ Hago mis obras para sobrevivir al dolor, al deseo de muerte”

Durante años tuvo que lidiar con un trastorno obsesivo y fue internada en numerosas ocasiones en instituciones psiquiátricas. Después de muchos años de salidas y venidas terminó por quedarse recluida en una de ellas. Así fue como desapareció la persona y nació el mito. Yayui Kusama continúa viva pero desde hace décadas no se sabe absolutamente nada de ella. Solo podemos llegar a disfrutar de su obra, de esa mextura entre minimalismo, Pop Art y el autonombrado arte feminista.

Artwork by Yayoi Kusama in a retrospective exhibition, the first in Scandinavia.
Photo by Susanne Nilsson

Su afición por la escriura le llevó a llegar a escribir diversas novelas y poemarios de los que actualmente nos queda constancia. No solo eso. De ella han prevalecido citas tan célebres e introspectivas como “hago mis obras para sobrevivir al dolor, al deseo de muerte”.

El genio de “El Jardín de Narcisos”

Sus obras más relevantes para el público en general han sido el Jardín de Narcisos que se expuso en Venecia y la obra que más cara se vendió fue Redes Infinitas en 2008 por la friolera de 5,1 millones. Sus obras nunca tuvieron el inconveniente de las de otros pintores que no obtuvieron crédito pero fue realmente su vida privada la que marcó el compás de su obra debido a la contradicción aparente entre esa vitalidad y optimismo que marcaba sus trabajos y que contrastaba con su poesía oscura y existencialista.

Yayoi es, en cierto modo, un icono que representa a la artista que aúna genio y locura. Sin duda siempre ha sido un tema recurrente tanto en las artes como en las ciencias. Este es nuestro pequeño homenaje a una artista que continúa, inmortal, en algunos de los mejores museos del mundo.