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Esta pintura pertenece a una serie de obras pictóricas inspiradas en el libro Don Quijote de la Mancha, obra maestra creada por la extraordinaria imaginación de Miguel de Cervantes y publicado hace cuatro siglos, en el año 1605.
Los títulos de las obras presentadas en esta colección nos recuerdan directamente la obra maestra de Cervantes, aunque de una manera más imaginativa que a contenidos específicos narrativos dando relieve a los aspectos simbólicos del Quijote, evocando las ideas, los recuerdos y las sugerencias que permanecen más tiempo en la memoria del lector.
La interpretación figurativa está basada en las estructuras, los espacios y la experiencia global de este gran libro. Es como una experiencia universal e irreducible a un solo método o estilo.
Las obras que aquí se representan surgen de la idea de un lenguaje poético que no puede renunciar a la fuerza de la metáfora y de los símbolos. Es una visión de la realidad que se plasma a través del significado metafórico que asimila acontecimientos históricos en un mundo que ha cambiado y sobre todo en su aspecto exterior.
El presente trabajo muestra una modalidad creativa consciente del lenguaje y de sus implicaciones perceptivas.
Las representaciones no utilizan un punto de vista exclusivo ni aparecen como una ventana abierta al mundo, sino que están planteadas como un espacio de diálogo, de investigación y exploración que permite captar y alcanzar el significado de las cosas sin buscar el \"centro absoluto\".
Es un lenguaje artístico que no se centra tanto en el objeto formal, cuanto en el acto mismo de mirar y en las distintas respuestas visuales que pueden surgir de los espectadores. También en este sentido, las obras proponen una visión del mundo más poética que narrativa con referencia al sutil enfoque combinatorio entre emoción, intuición y reflexión. Los opuestos conceptos formales de plano-profundidad, construcción-expresión o estructura-espontaneidad forman parte de un juego variado cuyo protagonista es el observador.
A través de este peculiar modo creativo y dialogante, la obra emerge en diversos espacios virtuales, imágenes abstractas y descripciones realistas.
Sin embargo las obras no sólo aluden al diálogo con el espectador, sino que también aluden al diálogo interior del artista y al acto constructivo de pintar. Algunas obras expresan una lógica repetitiva y al mismo tiempo reflexiva, un acto casi automatizado que hace converger la atención en las mínimas variaciones y vibraciones de color, de líneas y de superficies, describiendo el profundo y complejo diálogo que pertenece a las obras y al proceso creador del artista.
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