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Surgimiento de una nación Mística *
Símbolos claros. Precisos. Aún siglos después de “consumada” la llamada conquista espiritual en nuestro país, continúan encarnando cosmogonías conquistadoras y cosmogonías sometidas. No obstante las invasoras tuvieron que rebajar su grado de dominio, y aceptar ser consideradas la fachada de una nueva religión ecléctica; aquella que dio como resultado la formación de una nación mestiza, México.
El pecho descubierto, el de la Madre tierra, proporciona bienestar y seguridad a sus hijos; amamanta... procura. Bajo su cuidado floreció una de las más impresionantes culturas del continente descubierto. El gran padre-dios-serpiente, Quetzalcóatl, principal rector de la vida cotidiana aún durante la “invasión cortesiana”, es obligado a ceder parte de su influencia; el dios invasor exige entonces sumisión absoluta a cambio de “felicidad eterna”.
Cristo crucificado, Cristo institucionalizado. Imagen oficial del catolicismo romano, es el intruso. Llega a una nueva tierra como instrumento dador de luz; sin embargo arriba con su antítesis: la serpiente que asecha. Es quien brinda, más allá del libre albedrío, restricciones y amenazas. Es vivo ejemplo del castigo para aquellos quienes no se conviertan a la nueva religión. Pretende crear confusión asumiendo el papel del gran dios-serpiente.
Lucha y seducción entre ambas partes, la semilla del cristianismo parece no germinar en los corazones de los nativos ni erradicar la ancestral cosmogonía de nuestros antepasados.
Años de batalla espiritual sólo permitieron la conformación de un catolicismo alejado de aquel que pretendieron inculcar los extranjeros. Una religión que continúa teniendo sus raíces en la tierra primigenia, con la imagen del crucificado como motivo principal de adoración, Quetzalcóatl ha quedado en la retaguardia, vigilante, pero con la presencia suficiente para recordar que es la dualidad complementaria bajo la que funciona nuestra nación mestiza.
ME-XIH-CO tiene su Noche Oscura del Alma:
“La noche oscura es el emerger de Dios dentro del alma, la cual es depurada en su ignorancia e imperfecciones: habituales, naturales y espirituales; siendo llamada por contemplaciones saturadas de contemplaciones o de teología mística. Así Dios, secretamente enseña al alma y la instruye en su perfección de amor, sin hacer nada o sin entender la naturaleza de las contemplaciones.”
San Juan de la Cruz,
“La Noche Oscura del Alma”.
Arturo Figueroa
Historiador de Arte
* Joel Nava Polina (Artista Visual)
Medidas (aprox)
55 x 80 cm
Bastidor de aluminio blanco con fondo de unicel.
La pieza va acompañada de una camisola de algodón blanco con la impresión del texto aquí descrito.
El propósito de ello, se debe a que la concepción de la pieza componía texto y gráfico. No obstante,
durante la expo "El Señorío de Azcapotzlco", celebrada del 16 de agosto de 2006, en el Salón de la Plástica Mexicana,
censuraron el texto original impreso en papel bond.
El autor resolvió entonces mandar imprimir el texto en esta pieza de vestir para así portarla durante el evento y manifestar su inconformidad
por el impedimento de la exhibición completa de la obra que él creó.
Se presume que la censura se debió a que el crucifijo que aparece sobre el pecho de la modelo, es el símbolo que su Santidad el Papa Juan Pablo II ocupó (y sigue utilizando su sucesor) en el báculo papal.
Nota: La fotografía aquí presentada difiere un poco en la tonalidad de la impresión en el papel fotográfico. El original impreso mantiene una tonalidad azul más clara. Ello se debe a la diferencia de tonalidad gamma de los monitores convencionales que no están calibrados.
El formato de la fotografía en "positivado digital".
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