2010/F031 RECUERDOS EN EL ATARDECER

• País: Uruguay
• Categoría: Fotografía
• Técnica y soportes: Color (Digital)
• Temática: Naturaleza
• En Artelista desde: 10 de septiembre del 2010
• Etiquetas: rescate, paisaje, naturaleza, natacion, multicolor, atardecer

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Fotografía

RECUERDOS EN EL ATARDECER

Estoy sentado en el mismo lugar en que tomé esta foto, y más allá de apreciar el paisaje que acabo de fotografiar, mi mente y mi corazón se dan la mano, y viajan a un pasado, que si se quiere… no es tan pasado. Me gustaría compartir una síntesis de algunos de mis recuerdos con todos ustedes:
Era diciembre del verano de 1969, yo llegaba desde la capital del país (Montevideo - Uruguay) a mi ciudad natal (Mercedes) y me apostaba en la punta este de la Isla del Puerto (se aprecia en negro debido a la posición del sol). Tenía en mi poder el novel nombramiento de la Comisión Nacional de Educación Física, de Profesor a cargo de las clases de natación que allí se impartirían. El hecho me transformaba en el profesor más joven en la historia de la educación física del Uruguay. En los escalones de hormigón que rodean a modo de protección la punta de la isla, coloqué las listas del alumnado en sus correspondientes grupos. Eran aproximadamente unos trescientos cincuenta que al día siguiente iniciarían sus cursos de aprendizaje bajo mi tutoría. Y así comenzó mi historial docente… lleno de entusiasmo, expectativas e ilusiones; lleno también de maravillosas experiencias de crecimiento personal, por supuesto, muchas realmente positivas y también de las otras… ¿quién puede pensar que no existe en las distintas profesiones algo tan doloroso como el celo y la envidia profesional?. Los alumnos pasaban primero por una etapa de adecuación al agua, luego otra de flotación y finalmente la etapa de traslación, en la que se incluía la enseñanza de las técnicas de nado (crawl, espalda, pecho y mariposa-delfín). Al final del verano, la demostración de lo aprendido, y entonces, momentos de muchísima emotividad entre alumnos y padres de éstos, y también, ¿por qué no decirlo?, de inmenso orgullo personal por la gratificante labor cumplida.
Allá en febrero del verano de 1972, más precisamente un día 9 de ese mes, debido a ciertas dificultades e incomodidades surgidas de esos celos y envidias antes mencionadas, me decidí cruzar a pié la pasarela que une la Isla con la costa mercedaria (poquito más allá de los límites de la fotografía), para instalar mis clases justamente enfrente a la isla (lugar en la foto que muestra una pequeña porción en el primer plano). Ese lugar era una playa virgen para la enseñanza, y la zona estaba construida artificialmente como playa, en base a mucho relleno de tierra, arena y piedra, lo que llevó jocosamente a denominarla como “Playa El Raviol” (porque contenía “relleno”). En mi mente quedaron grabadas aquellas imágenes de darme vuelta al término de mi cruce de la pasarela, y mirar hacia atrás, quedando impresionado por cuanto TODOS los alumnos (los míos y los de otros profesores que también trabajaban en la isla), más sus respectivos padres, conformando una densa columna de gente de alrededor de mil quinientas personas, caminaban a mi espalda, apoyando la medida de traslado. Así entonces, después de una reunión que realicé con esa gente en la playa El Raviol, quedó oficialmente fundado el CANM (Centro Aprendizaje de Natación Mercedes). El mismo ha seguido funcionando ininterrumpidamente temporada a temporada hasta el presente (solamente no pudo realizar sus cursos el verano pasado, debido a crecientes de verano que inundaron toda la costanera e inclusive varias cuadras hacia adentro de la ciudad). De sus clases, han participado hasta el presente, más de doce mil alumnos desde los cuatro años en adelante, los que al final de cada temporada realizan como prueba de aprendizaje, el cruce del río Negro a nado y travesías según su nivel, que llegan hasta los mil seiscientos metros de distancia.
En esta playa y en este Centro de Aprendizaje, aprendieron a nadar mis cuatro hijas (Melissa, Bettina, Clarissa y Rominna), luego aprendieron a enseñar a nadar, y finalmente una de ellas, que decidió seguir mis pasos, se transformó en la Profesora de Educación Física con mayor calificación histórica al cabo de sus estudios profesionales en el Instituto Superior de Educación Física del Uruguay. Hoy día, también es Técnica Universitaria en Kinesiología y acaba de culminar su formación universitaria como profesional Psicomotricista. Con ella (Clarissa), compartimos como docentes los cursos de natación en el CANM. Cursos en los que estamos recibiendo a alumnos de la cuarta generación, ya que iniciaron niños en mi primer curso, que luego como padres, trajeron a sus hijos, y éstos a los hijos de sus hijos.
A esta labor docente, no puedo dejar de sumar con inmensa satisfacción, que mi formación técnica y mi proximidad con el río, me han permitido actuar en situaciones críticas en algo más de dos docenas de casos, en que a personas en inminente situación de ahogamiento (siempre fuera de mis clases), gracias a la ayuda y voluntad de Dios, pude rescatarlas con bien de esa situación. Mi hija, ya ha iniciado esa delicada experiencia y lleva dos rescates exitosos.
Como verán, la foto que comparto con todos ustedes, es para mí, bastante más que una fotografía, es poco menos que un inolvidable diario de vida, al que le estaré siempre completamente agradecido a Dios por habérmelo permitido vivir.
Por su siempre admirable paciencia, un millón de gracias y un grande y cariñoso abrazo para todos, tanto de Marta como mío. Jorge.