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Bajo el título de "La Armonía del Tiempo", la interpretación se desplaza de la transformación a la coexistencia y el equilibrio de las distintas capas temporales. Los ocres y las texturas no se perciben únicamente como deterioro, sino como la base sobre la cual el tiempo ha dejado su huella, una suerte de sedimento histórico visual.
Los tonos azules y rojos, en lugar de "explotar" como una erupción repentina, podrían interpretarse como elementos que dialogan con la base terrosa. Los azules podrían representar la serenidad del tiempo que fluye, la vastedad del cielo que ha presenciado innumerables eras, o incluso la persistencia de la memoria a través de las generaciones. Los rojos, manteniendo su fuerza vital, podrían simbolizar los momentos intensos, las pasiones y los eventos que marcan el curso de la historia, integrándose en la paleta terrosa sin romper la armonía.
Los ocres serían el tono fundamental, la tierra misma como testigo, mientras que los azules y rojos serían ecos, a su vez, de las primeras expresiones humanas, resonando a través del tiempo hasta el presente de la obra.
Under the title "The Harmony of Time," the interpretation shifts from transformation to the coexistence and balance of the different temporal layers. The ochres and textures are perceived not only as deterioration, but as the foundation upon which time has left its mark, a kind of visual historical sediment.
The blue and red tones, rather than "exploding" like a sudden eruption, could be interpreted as elements that dialogue with the earthy base. The blues could represent the serenity of time flowing, the vastness of the sky that has witnessed countless eras, or even the persistence of memory across generations. The reds, while maintaining their vital force, could symbolize intense moments, passions, and events that mark the course of history, integrating into the earthy palette without disrupting the harmony.
The ochres would be the fundamental tone, the earth itself as a witness, while the blues and reds would be echoes, in turn, of the first human expressions, resonating through time until the present of the work.
Nacido en Terrassa(Barcelona ), Antonio Tarazaga, es un artista autodidacta. Su trayectoria artística es un testimonio del poder de la autoexploración y la pasión inquebrantable por la creación de un lenguaje propio. Sin formación académica formal en el mundo del arte, descubrió su vocación por la pintura abstracta de forma intuitiva, a través de una necesidad visceral de plasmar en el lienzo su mundo interior.
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