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Perspectiva de aguas en calma, inundada de viejos y variopintos veleros, que se entrecruzan con un portentoso y anciano animal o monstruo, que graciosamente muestra su cabeza bajo un aparente adorno o "sombrero", que unido a ella, no es otro, que una vela en tonos rosàceo y gris, que recoge viento y ayuda a la bestia -agotadas ya sus fuerzas- arrastràndola por el lago Ness, marcando camino, en un intento de hostigamiento y derribo de todo obstàculo que se interponga a su paso, buscando un sosiego inexistente en un invadido pequeño mar, cuya superficie -desconocida ahora por Nessy, tras sus muchos siglos de inmersiòn- no soporta. Por su tamaño y forma estoy haciendo menciòn de un parodiado monstruo del lago Ness, en Escocia, Gran Bretaña, quien presento ante una supuesta y anhelada emersiòn, que parecìa nunca llegar y que finalmente realiza, de un modo tan hostìl como adverso, la brutal bestezuela.
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