En relación al color, la obra está compuesta por tonalidades complementarias casi en función de los azules y naranjos - vigorizando intencionalmente la expresión frente a la naturaleza de la obra- y de los tonos cálidos y oscuros - que suponen la importancia que revisten las ilusiones que perturban la mente de algunos creadores- que nos dan la idea de confrontación, pero que en realidad es un todo como creación.
En correspondencia a la resiliencia y frente a los constantes abusos espirituales ocasionados por el desorden bipolar -fenómeno presente constantemente en algunos artistas creadores- a pesar de los tortuosos desplomes, en que el artista prosigue sin desprenderse de sus escudos e instrumentos (pinceles, colores, etc.) con los que comparte, provisto incuso de sus pasiones más íntimas, consigue r reconciliarse nuevamente con un nuevo horizonte expectante.
La desnudez y pureza del artista (representada por el desnudo caído en la parte inferior de la obra), simboliza la nueva creación, la del nacimiento interno, noble escudería, necesaria para enfrentar la mañana, elevando el alma a un plano mágico, a zonas etéreas en donde se advierte la imagen proyectada en la parte superior, la cual absorbe sin cautela y pese a las dañinas concepciones sociales que lo atrapan y entorpecen - representadas en imágenes suspendidas alrededor de la parte superior del cuadro- logra nuevamente de la mano de la pasión, locura y cordura unidos trasladarnos a este proceso recopilativo de conceptos de fuerza y energía renovada?bajar del cosmos, una y otra vez , y encumbrarse destino a lo infinito, emancipando de esta forma, la represión cognitiva acumulada en las distintas esferas cerebrales, despertando a los planetas que fecundan las ideas que anhelantes y expectantes atraviesan el acero de los hemisferio
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