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CIUDAD NOCTURNA fue un proyecto que inicialmente iba a contener diez lienzos pintados con acrílico, de diferentes formatos.
Me bastaba sortear los 7 escalones celestes de la escalera de madera para beneficiarme con el mejor boleto de platea y disfrutar de la amplia azotea con sus claraboyas, irregularidades y bajos muros componiendo una escenografía singular y hermosa de una parte de Montevideo.
Restaba que desaparecieran y se escabulleran las últimas lenguas del sol como los tentáculos de un pulpo para que, comenzara a latir la vida de las luminarias artificiales y anónimas revelando rincones, escaleras, ventanas, siluetas; un ritmo anónimo y diferente con –apenas- un íntimo blues y un poco de vino tinto en mi copa fiel y raída.
De las 10 piezas:
Tres, “desviaron” su derrotero
Dos, se malograron y,
Dos fueron ultrajadas por una mano irrespetuosa (si difícil resulta encauzar la vida de uno mismo, mucho más –a veces imposible- observar el accionar de “otros” pero iguales al mismo tiempo.
TRES (justamente las de formato más pequeño), llegaron a buen puerto.
Lo que parecía seductor, se transformó en un entuerto con consecuencias inesperadas.
Un difusor cultural me comentó:
- “(…) desafiaste las leyes no escritas de la creación y del mercado”.
- “Los cuadros de grandes formatos no se venden fácilmente, además la gente vive en espacios reducidos y se les dificulta colgarlos …”.
- “Hacé cosas pequeñas, que tengan poco valor, rápidas de colocar …”.
Seguramente, desde el punto mercantil le asista la razón, así es el negocio de la “difusión cultural”.
Lo cierto es que los 3 de C.N. que llegaron a buen puerto son de un formato de 33 x 40 cms.
“¡Matad al infame!”, Voltaire.
Jajajajajaja, que viva la ironía.
Cuando lucí los ejemplares, no dudaron en referir: “Oh, qué bien, (…) lamentablemente, no los podremos contemplar mucho tiempo, se irán pronto”.
El final (feliz) de la historia, es que, los obsequié -como agradecimiento- a las Bodegas de vinos que hicieron el esfuerzo en participar y apoyarnos en la exposición (una en los hechos y la otra con menciones, por falta de calendario), y a la persona que hizo posible los contactos comerciales de rigor.
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