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Este cuadro presenta una textura rica y compleja, con una superficie en relieve que recuerda a la corteza de un árbol, un terreno erosionado o incluso una vista aérea de un paisaje natural. Los tonos predominantes son verdes, ocres y blancos, que se entremezclan generando una sensación orgánica y terrosa. El blanco parece extenderse como una capa de nieve ligera o como espuma marina sobre una superficie rocosa.
La obra transmite una mezcla de calma y movimiento: calma por la paleta suave y terrosa, movimiento por las formas irregulares y los surcos que atraviesan la composición. Es una abstracción que evoca lo natural y lo primigenio, casi como si capturara el paso del tiempo sobre la materia.
Born in 1955 in Las Palmas de Gran Canaria. Self-taught, his foray into the painting appears in 1999, primarily as a hobby and that while she always liked to paint, never arose to devote part of their free time in this immersive and relaxing world of painting. He began this journey with the cake, which embodied mainly marine beach of Las Canteras, where he lived most of his childhood. Later made a slight foray into watercolor and oil subsequently became, technique to which he devotes about...
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