Las subastas más importantes del año, celebradas hace unos días en Nueva York por las dos casas líderes en el sector, Christie’s y Sotheby’s, han pulverizado varios récords en el mundo del arte, incluido el de la obra más cara.

Las mujeres de Alger, Versión O (1955) de Pablo Picasso ostenta ahora ese título. La pintura del malagueño fue vendida a un comprador anónimo por 179,36 millones de dólares, alcanzando así el precio más alto para una obra de arte en una subasta pública. Destrona, pues, al tríptico Tres estudios de Lucian Freud (1969) de Francis Bacon que, hasta el momento, era el propietario de la marca con los 142,4 millones dólares conseguidos en 2013.

Muy de cerca le sigue El hombre que señala (1947) de Giacometti, adjudicada por 141,28 millones de dólares, lo que la posiciona como la escultura más cara jamás subastada. A estas cifras desorbitantes se llegaron el pasado 11 de mayo en la puja Mirando adelante al pasado de Christie’s, considerada por algunos como “la subasta del siglo” y la cual ayudó a que la casa se convirtiera en la primera en superar los 1.000 millones en ventas en tres días.

Fue a los doce minutos del comienzo de la venta, cuando Jussi Pylkkanen, presidente global de la firma inglesa, dejó caer el martillo sentenciando el nuevo récord para Las mujeres de Alger, Versión O. Esta es la segunda vez que Christie’s vende este trabajo de Picasso. La primera fue en 1997, como parte de la colección Ganz, por 31,9 millones de dólares. Igualmente, esta obra rompe la marca personal del artista, fijada en 106,5 millones de dólares en 2010 por Desnudo, hojas verdes y busto (1932).

Las mujeres de Argel, Version O, de un metro y medio de altura, muestra a cuatro figuras femeninas con el torso desnudo en una mezcla de arte abstracto y realista. La pintura forma parte de una serie cubista, creada entre 1954 y 1955, y rinde homenaje a Eugène Delacroix y, en especial, a su amigo Henri Matisse, por aquel entonces, recientemente fallecido.

Parlamento de Londres, puesta de sol. 1900-1901. Claude Monet

Parlamento de Londres, puesta de sol. 1900-1901. Claude Monet

Asimismo, El hombre que señala, de 177,5 centímetros de altura y realizada en bronce, se trata de una representación escultórica de la filosofía del existencialismo integrada en un conjunto de seis piezas, de las cuales, es la única que el artista pintó a mano. Al igual que Picasso, Giacometti se supera a sí mismo y bate su propia marca, la obtenida en 2010 con El hombre que camina I (1961), subastada por 104,3 millones de dólares.

También se entregaron cifras millonarias por otras obras imprescindibles, de las que destacamos: el lienzo Nº10 (1950) de Mark Rothko, adjudicado por 82 millones de dólares, La Mona Lisa coloreada (1963) de Warhol y El supervisor de los beneficios del descanso (1995) de Lucian Freud, ambas por 56,16, o Parlamento de Londres, puesta de sol (1900- 1901) de Monet por 40,48.

La avenida de los Alyscamps. 1888. Vincent van Gogh

La avenida de los Alyscamps. 1888. Vincent van Gogh

Por su parte, Sotheby’s abría el pasado 5 de mayo la semana grande de subastas en Nueva York con una de arte impresionista y moderno, donde Van Gogh y Monet fueron los triunfadores. El holandés encabezó las ventas con su paisaje La avenida de los Alyscamps (1888) por 66,3 millones de dólares, convirtiéndose en su tercer cuadro más caro. De Monet se vendieron cinco obras por 115 millones de dólares, como Nymphéas (1905) por 54 millones, El palacio ducal (1908) por 23,1 y Estanque de nenúfares (1913) por 20, 4.

Rothko, Picasso y Giacometti repitieron éxito, aunque con precios muy por debajo de los anteriormente citados. Se ofrecieron 46,4 millones por Sin título: Amarillo y azul (1954) del letón; 29,9 millones de dólares por Mujer con un moño en el sofá (1948) del español y 16,1 millones por Mujer de Venecia VI (1956) y 12,7 por Busto de Diego (Aménophis, hacia 1956) del suizo.