1. ¿Cuándo y por qué empezaste a pintar?
Empezar a pintar o esculpir no lo recuerdo, seguro que fue antes que a escribir. A pintar con la conciencia de que lo que estaba haciendo podía ser compartido y expuesto, a los diecisiete años. Creo que los motivos que me motivaron  y me siguen motivando a pintar o a esculpir son por necesidades anímicas, por cuestiones nada racionales ni meditadas. Quizás y realmente no sé por qué lo hago, pero lo que sí sé es que si no lo hago me siento mal.

2. ¿Qué momento del día prefieres a la hora de pintar? ¿Cuánto tiempo le dedicas a la pintura?
Me concentro mucho mejor cuando cae la tarde y sobre todo ya entrado en la noche, es ese punto en el que el tiempo parece no tener medida y pierdes las referencias con el mundo y todo te da igual. A veces es incluso peligroso.
Precisamente por esa pérdida en parte de la conciencia el tiempo que le dedico a pinta o esculpir es muy variable y relativo. Muchas veces la obra en sí y los materiales te condicionan en la dedicación. En realidad para bien o para mal la producción artística no solo es inspiración e imaginación, también son otras muchas más cosas que inevitablemente te vinculan con el mundo y están ahí presentes.

3. De todos los cuadros que has pintado ¿cuál es tu favorito? ¿por qué?
Es un tópico decir que todas tus obras son como tus hijos, pero en alguna medida es cierto. Yo me siento siempre muy relacionado con las tres dimensiones con el espacio e incluso cuando pinto me critico a mí mismo haciéndome convencimiento y argumentándome que para nada estoy obligado a sacar volúmenes, por lo menos en lo que a la pintura se refiere. Sin embargo mirando mi obra con perspectiva y quizás tenga que ver en ello mi pasado en el ámbito de la danza, suelo moverme alrededor del volumen, la orientación espacial y la línea del movimiento.
Pero en fin, por poner un ejemplo de  piezas las cuales  estoy satisfecho en escultura “Ciclos” y en pintura “Despertar de Apolo”

4. Si pudieras reencarnarte en un maestro del arte, ¿quién te hubiera gustado ser?
Me hubiera gustado ser muchos, desde los escultores helénicos -Praxíteles por ejemplo- a en los tiempos modernos nuestro imprevisible Picasso.

5. ¿Cuál o cuáles son tus fuentes de inspiración?
Mi fuente de inspiración es la vida, el contrapunto a lo que hago y lo más lejano de lo que soy, quizás para comprender en la perspectiva de la distancia, o por lo menos eso creo. Yo creo que la inspiración me llega de algo que me sorprenda y en realidad lo que te sorprende es lo que es ajeno a uno mismo.

6. De todos los movimientos artísticos, ¿cuál es el que ejerce más influencia en tu obra?
Me resulta muy difícil verme y hacer un juicio, porque muchas veces lo que admiramos y nos fascina no es lo que plasmamos o en definitiva nos influye, quizás nos gustaría que fuese así. La verdad que es que la pregunta me propone un ejercicio de distanciamiento de mi mismo que tiene su dificultad.

Los estilos artísticos como catalogación de formas artísticas no ejercen en mi un gran interés, de hecho creo que en lo que se refiere a mi obra es algo poco definido que incluso es un problema en lo que se refiere a los aspectos de divulgación y algo negativo para la captación comercial.

Las etiquetas aunque necesarias al fin y al cabo, bajo mi criterio atienden muy poco al enunciado de lo que aluden y en muchas ocasiones creo que se peca de ser poco profundos en el análisis de las obras de arte. La figura humana suele ser una constante en mis obras, pero su tratamiento me resulta sugerente que sea diferente en estilo en formato e incluso en género cada vez que se acomete. Sí es verdad que creo que hay un juego de acercamiento y alejamiento de lo figurativo a lo abstracto pero creo y siento que es bastante anacrónico y tornadizo.

7. ¿Qué significa el arte para ti? ¿Qué papel juega en tu vida?
¿Lo que significa el arte…? Esta es una pregunta que me suelo hacer con frecuencia.
El arte creo que en definitiva y al final, no tiene definición, esto no justifica o subraya la típica frase que no comparto en absoluto de “sobre gustos no hay nada escrito”, no es eso. Me encanta el discurso y argumentación sobre el fenómeno artístico, siento o entiendo que en el ánimo de su definición encontraremos una tendencia pero no una formula concluyente.

La obra de arte se justifica y define a sí misma en un juego interno cerrado y a la vez abierto a la sensibilidad del que lo contempla. Es una paradoja creo que inexplicable, pero tremendamente atractiva e indeterminada, que en mi caso, respondiendo a la pregunta, juega un papel fundamental en mi vida.

Descubre las obras de Fernando aquí