2016 está siendo un gran año para Alberto Kissola (Setúbal, Portugal, 1962). Una exposición individual en su ciudad natal titulada «La escultura en el deporte» ha sido el reconocimiento definitivo para este artista. Fueron 11 esculturas en diferentes materiales y estilos que formaban parte del calendario de eventos de Setúbal Ciudad Europea del Deporte 2016.

Ciclismo, Alberto Kissola.

Ciclismo, Alberto Kissola.

Revisar las obras pertenecientes a esta exposición es una buena forma de adentrarse en el carácter artístico de Kissola que bebe de diferentes tendencias de la escultura contemporánea. En Ciclismo usa el hierro forjado, limitando al máximo la presencia material, con el objetivo de dar una mayor sensación de levedad y velocidad. La bicicleta y el ciclista se funden en una sola pieza, tal y como los vemos cuando cruzan a toda velocidad una carretera.

En Lanzamiento de martillo, sin embargo, Kissola se inclina hacia una solución técnica diferente, más pesada y masiva, que transmite la potencia del lanzador. En Natación, el artista se vale del granito para generar una pieza más esbelta en la que domina la sensación de verticalidad del nadador a punto de lanzarse al agua, misma solución que aplica a 100 MT.

Lanzamiento de martillo, Alberto Kissola.

Lanzamiento de martillo, Alberto Kissola.

El selfie de Dios

Al tratarse de un encargo oficial, es más que probable que Alberto Kissola no pudiera dar rienda suelta a una de sus principales características: el sentido del humor. Por suerte para nosotros, Kissola no piensa moderarse en sus esculturas más personales.

Selfie es una de sus obras más impactantes. Cuenta el artista que la idea para este grupo escultórico le surgió tras la ceremonia de los Oscar 2014, cuando la presentadora de aquella edición, Ellen DeGeneres, realizó un selfie con varios pesos pesados de la industria de Hollywood que se convirtió en el acto en una de las fotos más compartidas del año.

Selfie, Alberto Kissola.

Selfie, Alberto Kissola.

¿Qué pasaría si Jesucristo hubiese tenido móvil? Eso debió pensar Kissola y se puso manos a la obra. Indicada para ser observada desde varios puntos de vista (las caras de Jesucristo y los discípulos posando para la foto no tienen desperdicio), Selfie es una obra maestra de la ironía. Si Duchamp levantase la cabeza, le daría una palmadita en la espalda a Kissola…

En esta misma línea está No Smartphone, en la que el artista portugués atiza de nuevo la relación del hombre del siglo XXI con las nuevas tecnologías. Como dice el propio Kissola: «a pesar de ser personas modernas mantenemos el instinto de cazador recolector de nuestros antepasados, pero en vez de una maza, utilizamos tecnología punta para cazar…».

No Smartphone, Alberto Kissola.

No Smartphone, Alberto Kissola.

Y no podemos dejar de reseñar otra de sus mejores piezas: Kings Leak. Un juego de palabras con el célebre personaje de Shakespeare. «Un acto soberano de la micción», en el que el artista recicla unas planchas de metal.

En la variedad está el placer

Aunque sus primeras obras proceden del año 2005, no fue hasta 2012 cuando Kissola pudo centrarse a tiempo completo en su arte. En este sentido, podemos comprender que el escultor nacido en Setúbal no haya seleccionado un solo camino expresivo. Se halla en fase de exploración investigando diferentes materiales, técnicas y temáticas.

Este último año, por ejemplo, ha entregado diversas obras usando el hierro forjado en finas varillas dando forma a obras en las que el vacío es el protagonista, ese vacío que permite integrarse en el paisaje circundante. Aunque sigue dentro de la escultura figurativa tiende hacia un mayor esquematismo. Buenos ejemplos de esta tendencia son Perro Guardián, Par Impar, Almada Negreiros o Bailarina.

Par Impar, Alberto Kissola.

Par Impar, Alberto Kissola.

En otras obras Kissola trabaja con la piedra combinando granito y resina como en El Escultor, pieza que resuena a las vanguardias escultóricas del siglo pasado. Destaca también la delicada Love Me Tender, con un pie en lo figurativo y el otro en la abstracción, en la que utiliza resina y sílice o Desempleado, en cemento pintado.

Generalmente optando por el pequeño formato, la obra de Kissola es un cóctel fresco, de buen cuerpo y gusto persistente. Bebiendo de diferentes influencias procedentes de las vanguardias figurativas del siglo XX, ha sabido generar una colección variada pero sugestiva, marcada por las investigaciones sobre la relación entre el espacio y la materia, el uso de diferentes materiales y ese toque cómico tan propio del artista portugués.

Te invitamos a visitar la galería de Alberto Kissola en Artelista.

Top Model, Alberto Kissola.

Top Model, Alberto Kissola.