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Alma sencilla, atormentada y perdida.
Camina en silencio por senderos, con la mirada fija en lo que ya no está, y el corazón lleno de ausencias que nombrar.
Fue noble sin saberlo, fue justo sin saber y amo con manos calmadas y ternura de invierno.
Pero la vida implacable le arrebató la voz, la fe y el centro mismo del universo eterno.
Ya no busca gloria, alivio, ni verdad solo un rincón donde poder llorar sin ser visto, donde el recuerdo no duela y el viento le diga en el oído aún existes aún resisto.
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