El mundo esta dividido en 3 partes:
Los que quieren la muerte del diablo
Los que no quieren la muerte del diablo
y
Los cobardes e indecisos,que no deciden,si quieren al diablo vivo o muerto.
De cuales eres tu ?
¡Vota!
Y conócete a ti mismo!.
Alberto Thirion: Entre la verdad y el riesgo
Hablar de Alberto Thirion es hablar de una búsqueda que nunca se detiene. Su pintura nace de la necesidad de entender lo invisible, de traducir en color y materia las emociones que no caben en las palabras. Cada obra suya es un territorio donde conviven la intuición y la disciplina, la duda y la certeza.
Thirion es un buen pintor no por la perfección de su trazo, sino por la autenticidad de su mirada. Su lenguaje pictórico es honesto: no busca complacer, sino revelar. Los colores se vuelven pensamiento, las formas se convierten en huellas de lo vivido. En su obra, el gesto se transforma en una forma de verdad.
Lo que hace de Thirion un artista relevante es su capacidad de provocar. Su pintura no es cómoda ni complaciente: cuestiona, conmueve, interpela. El espectador se encuentra frente a una tensión entre la armonía y el desorden, entre lo bello y lo incierto. En esa frontera —en ese filo— su obra cobra sentido.
Pero la virtud de su pintura no está solo en su fuerza expresiva, sino en su constante transformación. Thirion evita el estancamiento, huye de la fórmula. Su evolución es una forma de resistencia frente a la comodidad del éxito. Cada serie, cada trazo, es un riesgo nuevo: un intento por seguir siendo honesto con su propio tiempo.
Porque un mal pintor es aquel que repite sin sentir, que abandona la búsqueda y se refugia en la apariencia. Thirion, en cambio, pinta desde la intemperie: allí donde el arte se vuelve un acto de fe.
Su obra no ofrece respuestas, sino preguntas. Y en esas preguntas habita su grandeza.
Mi nombre es Alberto Thirion y me llaman el pintor más famoso del mundo, lo dicen en broma, pero me gustaba el apodo y lo he tomado como consigna.
El apodo o eslogan nació como consecuencia lógica de una obra titulada La muerte del diablo. Esta es la historia a grandes rasgos, cuando aún era joven exhibía mi obra en compañía de otros compañeros pintores, entre todos los espectadores que por cierto esta vez eran muchos, llegó un muchacho que debía ser rico, para a quien le iban a comprar un cuadro como regalo de cumpleaños.
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