¿Quién soltará la bola más grande? Sus vientres hinchados están a punto de soltar enormes pedos de perversión de la palabra. No me quedó más remedio que llevarlos a un paraje abierto para que se aliviaran.
¿No suena ésto? Por eso les hice este monumento a los que despues de contarnos mentiras tras mentiras no nos dicden nada.
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