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Esta pieza presenta la figura desnuda de una mujer reclinada, trazada con líneas finas y gestuales en tonos verdes oscuros sobre un fondo azul intenso. El cuerpo, insinuado más que delineado con precisión, evoca una forma fluida, etérea, en reposo, casi flotando en el vacío del color. El azul dominante genera una sensación de serenidad, mientras que el verde añade un toque de vitalidad orgánica.
En la parte inferior de la composición emergen texturas naturales: corteza de árbol, hojas, piedras y una superficie grisácea arenosa, incorporadas como collage visual. Estos elementos sugieren un vínculo entre la figura humana y la tierra, como si el cuerpo formara parte del paisaje. Una estrella blanca en la esquina inferior izquierda añade un símbolo de guía o de deseo, casi onírico.
La obra combina el trazo libre del dibujo de figura con recursos visuales contemporáneos, casi gráficos o editoriales, que le dan una fuerte personalidad. El marco negro fino que encierra toda la imagen refuerza la idea de una “escena capturada”, casi como si fuera una postal o un cartel artístico.
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España
