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En esta obra híbrida, Juan Barceló parte de un dibujo hecho del natural para explorar el cuerpo femenino no como objeto, sino como punto de anclaje de múltiples capas de memoria e imagen.
La figura de la mujer tumbada, esbozada con trazo expresionista y color en zonas puntuales, se convierte en el epicentro de una narración fragmentada. A su alrededor, una fotografía infantil en blanco y negro nos devuelve la mirada, mientras una escena urbana —también en blanco y negro— remite al tránsito, al anonimato, a lo colectivo.
El uso de un sticker digital con una nube sonriente, aparentemente inocente, irrumpe como signo de lo contemporáneo, lo digital, y tal vez lo superficial, introduciendo ironía o contraste emocional.
La obra pone en diálogo el dibujo íntimo con la memoria colectiva, la sensualidad con la ciudad, y la nostalgia con la era de la imagen instantánea. Una composición que, pese a su ligereza visual, está cargada de preguntas sobre el cuerpo, la mirada y el tiempo.
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España
