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La Fortuna
120 x 80 cm.
Óleo sobre tabla
La frase "El arte no es una mercancía. Es revelación" sugiere que el arte va más allá de ser un objeto vendible y se convierte en una forma de manifestar verdades profundas o experiencias humanas. Implica que el valor del arte reside en su capacidad para comunicar ideas, emociones y perspectivas, más allá de su valor monetario.
El concepto de "revelación" en este contexto se refiere a la capacidad del arte para mostrar algo nuevo o desconocido, ya sea sobre el mundo, sobre uno mismo o sobre la condición humana. El arte puede ser una ventana a la realidad, una forma de entenderla o incluso una herramienta para transformarla.
Por otro lado, la idea de "mercancía" se refiere a un objeto que se produce para ser vendido y cuyo valor se mide principalmente en términos de precio. Al negar que el arte sea una mercancía, se está rechazando la idea de que su valor principal resida en su capacidad para generar beneficios económicos, y se enfatiza su valor intrínseco como forma de expresión y comunicación.
En resumen, la frase "El arte no es una mercancía. Es revelación" es una declaración sobre la naturaleza esencial del arte, que destaca su función como vehículo de expresión, comunicación y comprensión, en lugar de un simple objeto de intercambio comercial.
Mi nombre es Alberto Thirion y me llaman el pintor más famoso del mundo, lo dicen en broma, pero me gustaba el apodo y lo he tomado como consigna.
El apodo o eslogan nació como consecuencia lógica de una obra titulada La muerte del diablo. Esta es la historia a grandes rasgos, cuando aún era joven exhibía mi obra en compañía de otros compañeros pintores, entre todos los espectadores que por cierto esta vez eran muchos, llegó un muchacho que debía ser rico, para a quien le iban a comprar un cuadro como regalo de cumpleaños.
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