La creatividad es un término que aparece diariamente en nuestra vida, pero ¿qué significa realmente ser creativo? ¿Todas las personas son creativas?

Recogemos algunas de las teorías que reflexionan sobre la creatividad y que arrojan respuestas acerca de su origen. ¿De dónde surge? ¿Se trabaja o es algo innato?

En una conferencia en 1938, el escritor austriaco Stefan Zweig expuso qué es una obra de arte, cómo su autor llega a idearla y a construirla. Distinguiendo dos tipos de acción creativa en su discurso. Una, nacida de la inspiración, de forma automática, y otra, del esfuerzo, de la constancia que permite al artista mejorar su trabajo durante la propia creación, como puede ser a través de bocetos, apuntes, o esquemas. Por lo que, la consecución de una obra maestra no sería sólo fruto de un instante de lucidez.

La misma respuesta dio Pablo Picasso sobre el papel que desempeña la inspiración en la creatividad: «La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando”.

Zweig concluyó, finalmente, que no hay una fórmula única que explique el proceso creativo, sino que en el artista sucede la combinación de ambos estados, brotando, así, el ingenio. Precisa, eso sí, que se debe poseer cualidades intelectuales superiores, presentando una interrelación necesaria entre genialidad y creatividad para llegar a una creación única.

De forma diferente opinaba el psicoanalista alemán Paul Matussek en La Creatividad desde una perspectiva psicodinámica (1984), para quien el acto creativo y la inteligencia no tienen una relación causal por sí misma. Ya que, la mayoría de las veces, la creatividad se manifiesta gracias a la intuición, a la necesidad de crear algo como solución a un problema.

Con lo que, la creatividad quedaría sujeta al potencial que cada persona posee para crear, para descubrir algo nuevo. Y esto, además, dependerá de la libertad y la destreza técnica de cada individuo.

A su vez, en Arte, mente y cerebro (1993), el psicólogo estadounidense Howard Gardner reunió los numerosos factores que intervienen en el momento creativo, destacando la tensión que existe entre creatividad y experiencia. Es decir, que el hábito de poner en práctica el mismo conocimiento puede disminuir el deseo de cambiar las formas que normalmente se utilizan.

Bailarinas en verde. 1877- 1879. Edgar Degas

Bailarinas en verde. 1877- 1879. Edgar Degas

Por eso, la improvisación es considerada por muchos como uno de los mecanismos protagonistas en el proceso creativo. Un diálogo que se produce entre la obra y su autor y que aflora más allá del ámbito de lo consciente, esto es, del inconsciente. Edgar Degas subrayó ese aspecto espontáneo inherente a la creatividad: «Solamente cuando ya no sabe lo que está haciendo, un pintor hace las obras buenas».

Mujeres de Tahití. 1891. Paul Gauguin

Mujeres de Tahití. 1891. Paul Gauguin

Lo que sí parece unánime es que la creatividad está intrínsecamente ligada a la imaginación y a la lógica que escapa del intelecto, al igual que ocurre con la propia concepción del arte. “Cierro mis ojos para ver”, confesó Paul Gauguin.

La creatividad busca y encuentra nuevos retos a los que enfrentarse. E, igualmente, ofrece la oportunidad al ser humano de resolver sus necesidades a través de nuevas e innovadoras formas.

¿Qué opinas? ¿La creatividad se trabaja o es algo innato? ¿Es la combinación de ambos estados? ¿Depende de otros factores?