La publicidad aparece como un elemento natural en cualquier ámbito de nuestra vida. Como dijo Robert Guérin: “El aire que respiramos es un compuesto de oxígeno, nitrógeno y publicidad”. Sin embargo, siempre no fue así. El fenómeno publicitario, como lo entendemos hoy, tiene algo más de un siglo de existencia.

Actuación de Yvette Guilbert. 1891. Jules Chéret

Actuación de Yvette Guilbert. 1891. Jules Chéret

El comienzo de la publicidad gráfica lo encontramos en los carteles que anunciaban las actividades de los emergentes cabarés, los casinos y los demás espectáculos del París de finales del siglo XIX. Jules Chéret (1836- 1932), artista e impresor francés, fue quien creó el primer mensaje publicitario propiamente dicho. Chéret había mejorado el proceso litográfico y había conseguido la combinación de palabras e imágenes en un formato atractivo y económico: el cartel.

Aquellos afiches se basaban en imágenes con colores muy llamativos y poco texto para captar la atención y aumentar la comprensión por parte de una población con alto índice de analfabetismo. Las, hasta entonces, desnudas calles de París se convirtieron en una auténtica galería de arte. Decoraron las vías de la capital francesa artistas como Henri de Toulouse- Lautrec (1864- 1901), quien adquirió muy buena fama gracias a sus coloridas ilustraciones.

Espectáculo de La Goulue en el Moulin Rouge. 1891. Toulouse- Lautrec

Espectáculo de La Goulue en el Moulin Rouge. 1891. Toulouse- Lautrec

Asiduo consumidor de espectáculos nocturnos, Lautrec se convirtió en cronista de lo que ocurría en las noches parisinas, en especial, en el bohemio Montmartre. Su primer cartel es de 1891 y presenta un espectáculo en el Moulin Rouge. Se han llegado a contabilizar alrededor de 350 litografías de su autoría. Le llamaban la atención los provocativos bailes de cancán y las divas de la noche como Jane Avril o Yvette Guilbert, pero, también, lo que ocurría entre bambalinas.

Actuación de Aristide Bruant en el Ambassadeurs. 1892. Toulouse- Lautrec

Actuación de Aristide Bruant en el Ambassadeurs. 1892. Toulouse- Lautrec

Lautrec fue el maestro del cartel moderno. Innovó las posibilidades de la litografía y buscó nuevos conceptos para desarrollar sus ilustraciones. Destacó por el enfoque fotográfico con el que captaba las escenas del mundo del cabaré. Pero, no se detuvo en la mera representación visual y realizaba, además, un retrato psicológico de sus personajes, casi caricaturesco. Eso le imprimía una gran carga documental a sus creaciones, que han servido como crónicas sociales de la época. Con su trabajo, el pintor francés elevó el estado del cartel a la categoría de arte.

Divan Japonais. 1893. Toulouse- Lautrec

Divan Japonais. 1893. Toulouse- Lautrec

 

La tendencia colorista de la imagen forjó una interrelación estilística entre la pintura y el cartelismo, dando la oportunidad al desarrollo económico de muchos artistas. El cartel pronto se convirtió en el medio de difusión principal para la industria del consumo y, también, en un fenómeno artístico. Traspasó las fronteras de París y su éxito inundó otras ciudades europeas. Muchos pintores empezaron a plasmar en sus obras una idea y un producto con un lenguaje eficaz y directo. Nacía así la publicidad moderna.