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La obra muestra una panorámica de la ciudad de Nueva York pintada con un estilo expresionista. El horizonte urbano se recorta sobre un cielo azul vibrante, destacando los rascacielos que, con pinceladas oscuras y toques de luz, evocan la vitalidad de la ciudad. El agua en primer plano refleja los edificios, creando un efecto de espejo que transmite serenidad y dinamismo a la vez. La pintura combina el contraste entre la intensidad de la arquitectura y la calma del entorno acuático, capturando la esencia de Nueva York como metrópoli cosmopolita y vibrante.
Inicié esta andadura con el pastel, donde plasmé principalmente marinas de mi playa natal: la playa de Las Canteras. Más adelante realicé una leve incursión en la acuarela y posteriormente dediqué unos años a la pintura al óleo. En la actualidad trabajo sobre todo con pinturas acrílicas que fusiono con diferentes materiales.
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