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La obra muestra una mezcla de colores vibrantes, como el rojo, el amarillo y el azul, que se combinan de manera abstracta. Los trazos parecen sugerir figuras humanas o equinas, pero están difusos e indefinidos, creando una sensación de movimiento y emoción. El contraste entre los colores cálidos y fríos aporta dinamismo y profundidad a la pieza, evocando una atmósfera energética y potente.
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