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Esta obra captura una visión única del rostro humano a través de la abstracción, donde los colores vibrantes y las formas geométricas se combinan para dar una nueva perspectiva a la figura humana. Los tonos intensos de azul, rojo, amarillo y verde se fusionan para representar la complejidad emocional y la energía del sujeto, mientras que los trazos fuertes y decididos evocan un carácter audaz y moderno. Es una pieza que invita al espectador a conectar con el sentimiento y la expresividad más allá de las formas tradicionales, invitando a una reflexión sobre la identidad y la percepción.
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