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Este cuadro muestra una representación del Castillo de San Cristóbal, una histórica fortaleza costera situada en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. La pintura plasma la sobriedad de sus muros de piedra, sólidos y desgastados por el tiempo, que se levantan frente al océano Atlántico. La construcción aparece en primer plano, destacando sus formas cuadradas y austeras, con vestigios de lo que fue un baluarte defensivo.
El mar, pintado en tonos azul profundo, sirve de telón de fondo y resalta la fortaleza de la estructura. En el primer plano, se aprecia la espuma blanca de las olas rompiendo contra la costa, que junto al verde de las algas y la vegetación marina aporta contraste a los tonos terrosos de la piedra. El cielo despejado acentúa la sensación de serenidad, mientras el castillo permanece como un guardián solitario frente al paso de los siglos.
Inicié esta andadura con el pastel, donde plasmé principalmente marinas de mi playa natal: la playa de Las Canteras. Más adelante realicé una leve incursión en la acuarela y posteriormente dediqué unos años a la pintura al óleo. En la actualidad trabajo sobre todo con pinturas acrílicas que fusiono con diferentes materiales.
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