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Descripción de la obra

Roma siempre anduvo ardiendo. Podemos imaginarnos una marmita con agua en permanente estado de ebullición y tendremos una idea muy aproximada de lo que acabo de decir. Así es que el fuego siempre le resultó a Roma muy familiar. Pues, ¿no se ocupaban las vírgenes vestales de, entre otras cosas, mantener permanentemente encendido el Fuego Sagrado, en el altar de Vesta precisamente? (se supone que si el fuego se apagaba en algún momento, Roma irremediablemente perecería).---.---Ahora bien, si a lo que nos referimos más concretamente es a aquellas ocasiones en que la ciudad, ¡tan a menudo!, echaba a arder por aquí o por allá; si lo que buscamos es el espectáculo, la parte más peliculera, y no la aburrida charca donde la intriga borbotea, ni la cloaca donde la puñalada espera la señal, ni las alcobas (cubículos) donde se susurran venenos al oido ... Si queremos luces y ruido, y por tanto, de oscuras conspiraciones nos basta con lo de Catilina y los suyos, y si no queremos oir más que un renglón de la pugna secular entre plebeyos y patricios, y esto por no hablar de las capas intermedias como libertos y proletarii (proletarios) ..., entonces me iré directamente a la película "Qvo Vadis?". ¡Allí sí qué! ---.---
De chico, yendo al cine de las monjas, ver a Peter Ustinov en su interpretación un poco payasesca de Nerón (de forma deliberada), era el primer placer : "¡Clavao, es que es clavao!", se extasiaba uno al instante de verlo aparecer. Y mientras, como contraste perfecto, todo ceño él, el Robert Taylor/Marco Vinicio (¡ojo! :"vinicio"; apropiado del todo ...; pues "in vino veritas", o ...,¡"ebrietas"!, como recordarán algunos) y la Ligia/Deborah Kerr,- miel y porcelana- (esclava imposible -claro, más bien rehén hija de rey "como de oros"). Estos dos devorados por otro fuego : ora unas chispas, ora una llama, ora un soplo que casi lo apaga todo; ... ¡ ora la gran inflamación!
Bendita pura historia de amor que sólo aquel cristianismo en mantillas podía llevar a buen término, mientras que las veleidades blandiblues de los acólitos neronianos no llevaban sino a un ignominioso final. Un final que de no haber sido por la nueva firmeza (la del Cristianismo) ... se hubiera producido mucho antes.---
Lo peor de aquella peli, para el gusto de un purista precoz de 12 años : aquella pompa excesiva, aquel delirio de tamaños, de mármoles, de cortinas de raso y de racimos de uvas por doquier, envolviendo a los depravados en continuas celebraciones de inverosímil exageración asiática.---Esto por no hablar del bigote -y perilla- de Tigelino ("mano derecha" del emperador), el cual me recordaba mucho a aquel simpático vividor, hermano de Fabiola de Bélgica y con sangre de "auténtico" caballero español); ¡Jesús!---Y para rematar todo esto, lo mismo que una mosca en la leche, el torito aquel torito esmirriado, que ni entonces ni hoy nos valdría por aquí para una capea, y que a poco revienta antes de morir, al gigante Ursus, que al final acaba partiéndole el cuello. Así y todo, detalles sin importancia; para dejarlos pasar con benevolencia y quedarse con la esencia; esto es : ¡los romanos estaban un poco locos! ¿no? ---.--- Bueno pues, con todo, "el incendio de Roma", digo, ese incendio de la peli, es lo que mejor ha quedado grabado en la imaginería popular. Ese incendio que muchos han adjudicado a la perfidia de Nerón, "artista megalómano que soñaba con ver su ciudad ardiendo de punta a punta, para inspirarse y crear una obra digna de su talento". Tenía, ciertamente, algún (uno) mal consejero, que no sólo no supo (o no quería) decirle "¡para!"; sino todo lo contrario; o sea : "¡venga, tú puedes hacerlo ...!"; y que no era otro que aquel malón de Tigelino. ---.---Pero lo cierto, certísimo, fue más bien que cualquier Trasilo de las tienducas que había bajo el maderamen de las gradas del inmenso Circo Máximo olvidara apagar alguna lámpara una noche; siendo que en la parte que daba al Este se arracimaban los puestos de venta de aceites, ungüentos, etc. Allí se cuenta fundadamente que es donde prendieron las llamas y desde donde arrancó el incendio. Los que luego fueron historiadores de nombre -aquellos dos o tres-, eran unos críos entonces -como para acordarse con detalle por sí mismos- , y lo que escribieron más tarde de aquella loca semana, fue por boca de testigos presenciales, que serían mozos en aquel agosto del año 64 aD.---La responsabilidad del "Gran Malo" (Nerón) por tanto es posible que fuera ninguna. Por mucho que lo popular ame siempre tener a un malote a mano para cargarle el muerto. El cual, a su vez, se ocupará de encontrar otro chivo/s expiatorios a los que pasarles el marrón. Y que en el caso de este incendio fueron los incipientes cristianos de la ciudad. ---.---En fin, da igual, Roma registraba incendios casi cada día. Dado que la gente vivía en unos 60.000 tambaleantes bloques (ínsulas) (donde no era posible cocinar, ¡que si no ...!); y debido a que la madera era el elemento predominante en casi todos ellos, sobre Roma gravitaba pues la tragedia ignea a diario. Ya decía, creo que Marcial (Bílbilis/Calatayud) que : "los romanos vivimos en casas hechas con palillos") (-!!!-).---.---Y Nerón no estuvo allí siempre para que le siguieran echando la culpa de los fuegos ...---.---Es acertado señalar llegados a este punto que, como los que mandan son incapaces, -es la Historia-, de no hablar de lo bien que lo han hecho (o lo habrían hecho si no hubiera sido por esto o por lo otro ...), a todo el mundo le sonará por tanto lo ufano que se despidió del mundo mortal, Octavio Augusto, el Padre de la Patria romana, o del Imperio, o como apetezca llamarlo; quien ya muriendo se vanagloriaba de "haber encontrado una Roma de ladrillo y dejarla de mármol al partir". ---.---Y luego va su tataranieto Nerón, el malo malón de este cuento, que "la hace arder mientras toca la lira" (Pregunta de 3º de bachillerato, alumno C A Fernández P ; puesto en pie : -Señorita : ¿es verdad que Nerón tocaba la lira mientras veía arder Roma? La profesora : -¡Fernández, no diga memeces, siéntese! Y mientras éste se sentaba, mirando como a ninguna parte, a ver si nadie se fijaba en cómo a él sí que le ardían las orejas por el bochorno del momento.--- Pero fue Nerón y no Octavio, fíjate tú, quien a resultas de la tragedia, determinara por primera vez, entre otras sabias disposiciones, que las calles no tuvieran menos de cierta anchura, que las casas de vecinos se construyeran con soportales en la planta calle, y que no pasaran de cierto tope de altura; así como otras muchas auténticas mejoras.--- Si bien, aprovechando la ocasión -todo hay que decirlo- él se hizo construir una vivienda a su medida y gustos, una solución habitacional tan descaradamente lujosa y extensa que daban ganas de quemarlo todo otra vez. La finca tenía, ahora que caigo, una gran laguna. Una medida muy razonable y que me hace pensar que Nerón podía ser, ¡buf, cualquier cosa!...;¡pero no tonto!.--- La nueva casa recibió el pomposo (e insultante) nombre de Domus Aurea (recuérdese lo de "los palillos" de Marcial).---.---Tanta megalomanía tuvo un castigo final. Pues una vez fallecido Nerón -varios años después de "su" incendio- el sentido práctico romano puso encima del lago de la finca imperial un anfiteatro fetén (levantado en un santiamén -10 años más o menos-) y le puso el nombre de la nueva dinastía (Flavia). Aunque, ironías del destino, se le conoce desde entonces casi exclusivamente por una estatua colosal del tirano pirómano (Nerón) que había sobrevivido en las inmediaciones. O sea, el Coloseo, o Coliseo para todo el mundo.---Y a todo esto que, con el bondadoso y benéfico Tito(Flavio); con el Coliseo recién estrenado, va Roma y arde otra vez a lo bestia. Lo cual a su vez, seguro que fue una minucia comparado con lo que había pasado en agosto del año anterior, agosto del 79 dC, en que el Vesubio depositó el Infierno mismo encima de las tres famosas ciudades de Pompeya, Herculano y Stabia, en la bahía napolitana. ---.---Al poco Tito va y muere; no sabría uno decir si de tanto disgusto o de muerte natural (pues nadie probó nunca que su hermano Domiciano hubiera hecho mover daga, veneno o similar contra él). Y ya para acabar, no sé si a Domiciano se le quemó algo la ciudad, o si al menos se le chamuscó en alguna ocasión (apostaría a que sí); pero con él, Roma, o mejor dicho, los romanos importantes, estuvieron "en ascuas" todo el tiempo. Hasta que alguien/algunos lo despacharon, hartos de su tiranía. Tenía a muchos "quemados", y la paciencia siempre tiene un límite. ---.---
Bueno, pues eso; en la imagen, representación de un incendio de esos en Roma. ---.---JLP Madrid 2012 ---.---

ADDENDUM : "AQUÍ HUELE A QUEMAO"

Tanto quemar y quemar este verano, me ha llevado, de forma tan inevitable como dolorosa a este tema otra vez.--- Porque amén de la ola de calor, le parece a uno que hasta aquí (Madrid) le llegara el olor a chamusquina, de todo lo que estamos quemando.---
En consecuencia me volví a repasar mentalmente la historia esa de "Qvo Vadis?" (que viene arriba, ¿se acuerdan?).---.---
Pensé al mismo tiempo cómo a partir de la corta "dinastía" Flavia ( de los Vespasiano, Tito y Domiciano), los emperadores romanos, domiciliados en el Palatino (¿dónde si no?), dejan de mirar con sus palacios al centro romano, al Foro; vamos al venerable meollo de la ciudad. En lugar de ello, le dan la espalda y ponen el complejo palaciego a mirar justo al lado contrario, esto es al sur. ¿Qué les pasaba? ... Seguramente que las narices imperiales ya no soportaban la hediondez de su ciudad. El olor a quemado y a otras lacras de la ciudad les hizo volver el rostro hacia el sur. Bonita vista, todo hay que decirlo. Hasta el punto de que hay quien habrá escrito : "Sería para ver desde tan inmejorable palco las carreras del Circo Máximo" (allá abajo, a los pies del Palatino, discurriendo entre éste y el Aventino, enfrente).--- A mí me da que les pillaba demasiado lejos para ver con detalle. Pero bien pudiera ser.--- Desde luego, aquellos palcos ...¡ más VIP, imposible!. ¿Se imaginan lo que sería en aquel tiempo recibir una invitación para "¿ver los toros desde aquella barrera?"...; dado que lo verdaderamente importante no sería "ver ... las carreras"; sino ESTAR, simplemente ESTAR allí arriba; AL LADO DE ... ¡Puf!
Nerón, el emperador al que sucedieron los Flavios a continuación, habría sido el último emperador capaz de soportar la pestilencia, la chamusquina (fuera obra suya o no) de aquella ciudad sin igual. No solamente su palacio - después del Gran Incendio- miraba al centro venerable de la ciudad, sino que pretendió ocuparlo con su residencia/parque temático (no olvidemos el estanque, su zoológico personal ..., y tantas otras cosas).
O sea que a lo mejor Nerón, a quien la Posteridad le otorgaría tan mala fama, se sentía más cerca del pueblo que sus sucesores inmediatos. Tan cerca, que quería estar en medio de ellos.---
Tan cerca que ...--- Durante sus primeros años como emperador Nerón tenía la costumbre de salir con amigos. Quiero decir, pues como aquella antepasada suya, Julia; o sea, mezclarse con la plebe y tal. A Nerón le gustaba salir por la noche. Dejaba a la pobre Claudia desatendida y se iba de francachela con amigotes. Convenientemente embozado, eso sí; por si diera la casualidad de que alguien lo pudiera reconocer.---
Y en una de esas salidas fue como conoció al que luego sería su Prefecto del Pretorio : Tigelino. Ya saben, el del bigote y perilla de la película "Qvo Vadis?" (Para entendernos en términos de hoy, el Prefecto era digamos que el Jefe de la guardia personal del emperador).
Bien, pues como Nerón era un bromista, le gustaba ir por ahí dando mamporros al personal, pateando las tiendas, asustando viejas ...; cosas así.---
Una atardecida de esas se encontraba Nerón en una calle pateando el postigo de una pescadería. Hay que decir antes de seguir que lo de ponerle los postigos a una tienda era como el "echar la persiana" de nuestros tiempos. Pues las tienducas no gastaban ni siquiera puertas al uso.--- Bueno, el caso es que tenemos a Nerón y dos amigos pateando el postigo que un dependiente de la tienda había colocado hacía un momento.--- Era muy divertido, jajaja.--- Hasta que del fondo de la tienda, alertado por la bronca, sale otro dependiente ...--- Este no es ningún piltrafilla, como el primero ...; sino todo lo contrario. Puede que fuera un ex-gladiador (la cosa encaja, ¿verdad? : un ex-gladiador, una pescadería, con sus cuchillos ...) ---
En fin, que el hombretón sale a la puerta y ve a los tres beodos. Ha salido con las manos desnudas (pues al instante se ha dado cuenta del "material" que hay ahí fuera -la experiencia, ya se sabe-).---Y de inmediato comienza a sacudir hostias.--- Tumba a dos de los encapuchados con la velocidad de un relámpago.--- Los tumbaos, comprendiendo que ese tío es harina de otro costal, no hacen sino desentenderse del tema -y de su amigo- e ir arrastrándose para alejarse de la bronca lo más posible.--- Entonces sólo queda Nerón en pie. Queremos decir, que Nerón, además, queda "solo ante el peligro".--- Vale, pues ahora ahí le tenemos; que incluso se le ha caido la capucha que le tapaba la cara y que protegía su anonimato. Y así se puede ver, en todo su esplendor, la cara de gilipollas que se le ha puesto. "Demudada por el terror", que suelen poner los que escriben novelas y eso. Porque tiene delante al dependiente, quien ya le ha agarrado por la pechera y lo está acercando hacia sí. El puño le apesta a pescado ...; aunque dada la situación éste es un detalle de importancia menor.--- En ese momento el bruto parece estar relamiéndose : - Ahora tú, pecosillo ...; ¡uy que patillas tan pelirrojas tienes!, le oimos decir--- (Nota : el nombre -abreviado- de Nerón era Lucio Domicio Ahenobarbo. Lo de "Ahenobarbo" -cognomen- quería decir "el del pelo y/o la barba pelirrojos ". Le venía de familia).---
Bien ...; pues mientras estábamos dando esta explicación Nerón ha ido quedando arrinconado, contra la pared. Podemos ver también a unos gatos sarnosos, que se han quedado a mirar a prudente distancia.--- Ahora ...; volviendo a Nerón, si nos metemos en su cerebro en este momento, es posible que pudiéramos leer un pensamiento del estilo : "¡Ostia - sin hache esta vez-; este tío me va a crugir!...;¡qué mala pinta gastaaa!".--- Y se le doblan un poco las rodillas a Domicio.--- "Di-di- ... dicen que la música amansa a las fieras ...; ¡¿por qué no habré traido la lira conmigo!? ...; ¡joé!--- Así que ya lo sabe : "... para otra ocasión ..." Pero ... : "Lo que no sé, es si va a haber otra ocasión ..."---"Y a mí quién me mandaría ...; ¡con lo cómodo que es ser emperador en palacio! ¡Yo quiero ser emperador muchos años;¡¡¡buaaa!!!"---
Lo que parece que va a ser un deseo frustrado; pues ya sobre su cabeza se levanta el puño inexorable del pescatero ... Momento en el que suena una voz a la espalda del morlaco y que sale desde el portón de la pescadería. Lo que hace que, en un instante, la situación de un giro radical. (Hasta la propia Historia, podría decirse, exagerando un poco): - ¡Quieto, Fusco!--- ¿Ein? - vuelve la cabeza el matarife -¡Que lo dejes, Fusco!--- Venga, vamos; yo me encargo!--- Y el dependiente bestial obedece a su patrón, a la voz de su amo.--- Nerón en ese momento ve "abrírsele el cielo" (es un decir). Aunque borrosamente, su miopía le ha permitido distinguir la figura de un hombre saliendo del interior de la tienda.--- Adviértese desde aquí, cómo, lo mismo que el ex-gladiador, ese hombre tiene también un careto de lo más peligroso; patibulario, que se dice. "¿Acaso se le va a poner la cosa aún más fea a nuestro emperador novato?", podríamos preguntarnos.--- Pero no ... Nerón se ha salvado.--- Porque el tío que acaba de evitar la paliza es (o se llama) Tigelino. Y malo como es también, en cambio tiene otros modales que su subalterno. Y, naturalmente, mucho, mucho más cerebro.---
Acto seguido ya estamos viendo a Tigelino presentándose a Nerón : - Me llamo tal, tal y tal y soy el dueño de las pescaderías del barrio. Veo que el señor quería realizar algunas compras ...---.---
Tigelino (un lince) probablemente se había fijado conforme salía a la puerta, no ya en el cutis - por dar un detalle -, sino en el anillo imperial en uno de los dedos de Nerón. En uno de los gordezuelos dedos de Nerón.--- Y Tigelino sabe que sólo una persona puede llevar ese anillo en Roma ...---.--- Seguidamente Tigelino despeja la zona de curiosos : - ¡Y vosotros!, ¿qué miráis?; ¡venga, a cascarla de aquí! Y el callejón queda despejado como por ensalmo. Hasta los gatos de antes se suben ahora a un tejadillo desde el que seguir mirando.
Y en cuanto a Fusco, que aguarda en silencio a unos pasos, Tigelino le dice que se vaya a su casa. Y Fusco se va también. Rezongando algo, conforme se aleja. Rezongando ...; porque a Fusco la cosa le ha sentado lo mismo que a un perro mastín, al que le hubieran quitado un hueso justo cuando se disponía a triturarlo. ---.--- Y así, después de todo el jaleo, los dos hombres quedan a solas. Cae la tarde romana sobre el callejón, y Nerón ha decidido que ese hombre será su Prefecto del Pretorio (el Jefe de su guardia personal); ¡su puritita mano derecha, vamos!. "Vale, apesta a pescado -reflexiona- ; pero eso se soluciona rápido".---.--- Y luego -años más tarde- es cuando vino lo del famoso incendio.--- Que es cuando Tigelino, que ya no olía a pescado, empezó en cambio a oler a quemado ...---.--- JLP MADRID 21 AGOSTO 2012

Información del artista

Llevo impresa la luz fría de una mañana de marzo en la alta tierra castellana. He aquí una manera adecuada para un artista de decir que nací en un pueblo soriano, hace ya, ¡ uy, bastantes años !


Sin embargo, es poco lo que permanecí allí y los avatares de la vida me han depositado en Madrid, de donde también soy y ya para siempre.


No tengo formación especial, o mejor dicho, académicamente seguida. Unas temporadas con un pintor madrileño, un paso por la Escuela de dibujo ...

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