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El invasivo sonido de la alarma reactiva los motores de mi propia supervivencia, en un territorio fruncido llevado a la acción por una fuerza enfocada en la solvencia de las carencias, encerrados en los círculos viciosos de alcanzar un objetivo incierto, de sentirse seguros un día más.
No me sorprende observarme en el espejo, tampoco me importa el juicio que hagan sobre mi, puesto que ya no existen los juicios en la lengua de los habitantes de este lugar.
Imaginé una coordenada anhelando compañía y me tumbe al hedor de la ciudad para reconfortarme, al paso, únicamente me encontré con inquietantes incógnitas, en un punto de tensión que me ha generado alucinaciones, quizás mi estomago ha contribuido con mis angustias.
La amargura que sumerge de mi mar del olvido, al observar incrédulo la desolación que arropa las calles más transitadas de la ciudad, libera la inercia que me acorrala, dejándome sin opciones, mis quejas se han ido al lugar donde reposaba mi nobleza.
La fórmula de estadística que conocía sobre los cambios rompieron todas mis creencias radicales, me hastiaba el hecho de ser consciente de que mi escaso futuro no dependía de mi.
Me he nutrido de la capacidad de solucionar grandes retos a destiempo, como sobrevivir, me niego a ser etiquetado como vagabundo, mis valores, mis principios no son negociables, soy ajeno a la costumbre de un presente sobrante y miserable, no hay tiempo para retrospectiva cuando los deberes son vulgarmente modificados, así como la comodidad subastada a espaldas.
Diariamente atravieso intensos duelos de partida que enredan mis entrañas, cada lagrima desprende repentinamente los círculos sociales que con anécdotas hacían enardecer los buenos recuerdos, para luego orbitar en un deseo sumido en el infortunio de recuperar el pasado, alejándose hacia el conformismo y la apatía, desvaneciendo el valor del ser humano, sucumbiendo la existencia de la inteligencia.
Ningún deseo oscuro será tan vivo como este instante que ha de inmortalizarse en la conciencia, para dar respuesta a cada pregunta que te haces mirando hacia el cielo.
© Danibeth Cauro 2018 Todos los derechos reservados.
Obra literaria sincronizada a la Obra visual que será publicada en su totalidad proximamente
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