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Este cuadro al óleo de 50 x 70 cm, pintado con espátula sobre lienzo, representa una escena serena y evocadora de una pareja sentada de espaldas en un banco, contemplando el horizonte en medio de un bosque otoñal. La técnica a espátula aporta una textura rica y expresiva, con capas gruesas de pintura que realzan el movimiento de las hojas, la rugosidad de los árboles y la calidez envolvente del atardecer.
La pareja, situada en el centro bajo de la composición, sentada muy cerca el uno del otro, transmitiendo una sensación de complicidad y quietud. Desde su banco, observan cómo el sol cae lentamente entre los árboles, tiñendo todo el paisaje de tonos cálidos y dorados.
El bosque que los rodea está lleno de árboles altos, de troncos irregulares y ramas extendidas, cuyas copas muestran la paleta característica del otoño: amarillos intensos, naranjas encendidos, ocres profundos y algunos matices rojizos. El suelo está completamente cubierto de hojas caídas, que crean un manto natural y espeso, aportando al cuadro una textura casi táctil gracias a la aplicación vigorosa del óleo con la espátula.
La luz del atardecer atraviesa las ramas, generando reflejos dorados y sombras suaves, que acentúan la profundidad del bosque y el silencio del momento. Los colores cálidos dominan la escena, fundiéndose entre sí en un juego de luces y sombras que transmite una atmósfera de melancolía, paz y contemplación.
Es una obra que habla del paso del tiempo, del amor duradero, y de la belleza de los momentos compartidos en silencio. La fuerza expresiva de la espátula, unida a la calidez de la paleta otoñal, convierte esta escena en una imagen emocionalmente poderosa, que invita al espectador a detenerse, respirar y recordar
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