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Este cuadro es una obra abstracta realizada con abundante textura y pinceladas verticales que evocan la silueta de una ciudad reflejada en el agua. Los tonos predominantes son neutros —blancos, grises y beiges— con toques dorados, ocres y azules, que aportan luminosidad y un aire urbano. La técnica de empaste crea un relieve casi escultórico, lo que da la sensación de movimiento y profundidad.
La composición transmite la idea de un skyline moderno, vibrante, pero visto a través de un filtro onírico, donde la línea del horizonte se disuelve en reflejos y sombras.
Mi trabajo se mueve entre la abstracción y la expresión, buscando transmitir sensaciones más que representar realidades. Cada trazo, cada textura y cada contraste de color nace de la necesidad de explorar lo invisible: aquello que sentimos, pero no siempre podemos nombrar.
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España
