Antes que nada, ¿puedes darnos un poco de información acerca de ti?

Me llamo Pilar López Báez y he vivido toda mi vida en Aranjuez. Soy pintora y también ilustradora, aunque supuestamente también soy historiadora del arte, os voy a contar alguna cosita sobre mí.

Pilar López Báez

¿Cuándo y por qué empezaste a pintar?

Cuando era pequeña, muy pequeña, quería ser pintora. Pero mi vocación pasó por muchas etapas: la etapa egiptóloga, astrónoma, bióloga marina, etc. A mí se me daba muy bien estudiar y sentía que para ser artista tenía que tener muchísimo talento. Cuando llegó el momento de elegir qué estudiar me decanté por la Historia del Arte. En algún momento me di cuenta de que yo no era historiadora, me encantaba la historia, pero nada más y para colmo el enfoque de la Historia del Arte en la universidad me asqueaba. Diseccionar el cadáver del Arte no era para mí pero aun así terminé la carrera. El último año supe que lo mío era hacer arte y que quería ser pintora y me metí en Bellas Artes. No fue hasta 4º o 5º cuando algo hizo clic en mi cabeza, creo que sin los profesores adecuados: Juan Gallego y Norberto González, no lo hubiera conseguido. Desde entonces, a pesar de mis momentos de dudas, no he parado de pintar.

No empecé a pintar porque tuviese clarísima mi vocación, ésta se fue revelando poco a poco, a fuerza de ensayo y error, y creo que tuve el valor necesario para reconducir mi camino. No tenía la necesidad de expresar algo… simplemente sentí, como siento ahora, que tengo que hacerlo. Pintar es algo ineludible.

¿Cómo crees que deben ayudarse una galería y sus artistas?

Creo que la figura de la galería es importantísima, sobre todo para los artistas pintores. Es necesario para ellos que alguien les represente, les apoye, promocione y busque compradores para que ellos puedan centrarse en crear. Ciertos artistas son muy hábiles buscando mercado, pero son pocos. A día de hoy, la figura del galerista puede parecer obsoleta, el cliente puede decidir contactar directamente con el creador y obtener un precio más ventajoso, sin embargo conviene tener en cuenta que si el galerista hace bien su trabajo no deberíamos tirar piedras contra nuestro propio tejado. En mi caso prefiero que un galerista me busque clientes y pagarle un porcentaje de la venta que vender por mi cuenta y tener que generar un canal de compradores, cosa para la que siento que no dispongo ni de tiempo ni de las herramientas necesarias. Por otra parte muchos clientes sienten que si el galerista avala a un artista es por algo, porque es bueno o por lo que sea, y  sienten más confianza comprando a través de ellos.

Desde hace unos años están surgiendo “galerías” que cobran dinero por exponer o por tan sólo revisar los dosieres. Los artistas, numerosos e ilusionados, pueden sucumbir ante ellas y ante convocatorias similares. Estas galerías permiten “hacer currículum” y crear la falsa sensación de que estás haciendo algo o incluso de que puede llegar alguien y verte; juegan con las ilusiones y dificultades de los artistas que empiezan, y no están interesadas en sus artistas, no necesitan vender obra, porque son los artistas, con su dinero, los que mantienen a estas galerías. Sinceramente creo que los artistas deberíamos ser conscientes de estas prácticas y no apoyarlas para que no se extiendan como un cáncer.

¿Qué consejo darías a aquellos artistas que empiezan a mostrar su obra?

Bueno, la verdad es que aún no me siento en condiciones de dar consejos. Sólo puedo dar ciertas indicaciones muy evidentes.

Lo primero y más importante: ser artista es muy duro, uno se enfrenta todos los días al fracaso pero aunque no ganes ese premio, no expongas en ese concurso, aunque esa galería te diga que no, sigue trabajando. Tu obra irá mejorando, al igual que tu templanza. Esta es una carrera de fondo y terminarás encontrando un lugar para ti, eso seguro. Afortunadamente el arte actual es muy plural, y eso polémicas aparte, nos beneficia a todos.

Más cositas que probablemente ya sepas: prepara un buen dossier, físico y digital, cuida su presentación y sobre todo sus fotos, que se correspondan con la realidad. Si puedes hacerte una web, mejor, y si no, busca galerías online donde puedas subir tu obra.

Cuida tus redes sociales, nunca se sabe de dónde te va a venir una oportunidad, es muy importante que si alguien se interesa por ti pueda encontrarte, no subestimes el poder de Facebook o de Pinterest.

Busca convocatorias afines, emplea tu tiempo (y ahorros) sólo en las que encajes, crea un calendario. Busca galerías que lleven obra similar a la tuya,

Si consigues triunfos, no te duermas en los laureles, aunque te creas que has pintado lo mejor de tu vida, no es verdad, lo que pintarás mañana será mejor.

Crea un círculo de amistades artísticas, te sentirás menos solo y te servirán de mucha ayuda.

¿Cómo vendiste tu primera obra? ¿Hay alguna con la que sientas una mayor conexión?

Mi primera obra la vendí en una beca de pintura de paisaje, en el 2010. Fue algo muy especial para mí porque era un paisaje, un género con el que no me siento cómoda, y además pintado del natural.

Con todos mis cuadros he llegado a sentir mucha conexión en el momento en que lo ideo y pinto, pero hay una serie a la que tengo especial cariño porque para mí supuso el principio de todo, el clic del que hablaba antes. Es la serie El espíritu de la Navidad, donde reflexiono sobre  la memoria, hablo de mí misma, encuentro hallazgos pictóricos insospechables antes… a partir de ahí me siento capaz de generar un mundo propio en mis cuadros.

El Espíritu de la Navidad, Pilar López Báez

El Espíritu de la Navidad, Pilar López Báez

¿Qué es el arte para ti? ¿Qué papel juega en tu vida?

El arte para mi es una forma de vivir. Supongo que llamamos arte  a las manifestaciones humanas llenas de belleza, que nos conmueven siendo ellas muchas veces inútiles. Creo que el arte es un intento de emular la belleza del mundo. La creación nos conmueve, nos enmudece y eleva, ver arte o hacer arte creo que en cierta forma es algo similar. Nos hace conscientes del misterio del mundo, de la belleza que tiene y de su sentido “sin sentido”. No sé si me explico, pero creo que el arte tiene la capacidad de hacernos comprender algo incomprensible, de ser conscientes de su belleza y de su grado sublime.

Siento, además, como si estuviese atada con una cadena invisible a la pintura, a veces resulta muy sacrificado, casi una esclavitud, pero simplemente es lo que tengo que hacer.

Uno de los temas característicos de tu obra son los niños y las escenas familiares, ¿por qué estos temas?

Por qué uno pinta lo que pinta es algo bastante difícil de explicar. A veces pienso que hablar de la memoria me sirve de excusa para pintar, pero otras veces pienso que sin esa “excusa” no habría cuadros.  Es muy complicado para el pintor encontrar un punto de partida con el que se pueda sentir cómodo para expresar su mundo interior. Cuando me quise dar cuenta de que quería hablar sobre la memoria y el recuerdo ya había realizado unos cuantos autorretratos donde incluía recortes de sitios donde había estado o papeles que hacían referencia a hechos vividos. Parecía pues un desarrollo natural en mí acabar planteando dicho tema. Acercarme al tema de la memoria parecía implicar la autobiografía pero deseaba ir más allá y lograr la empatía del espectador. La reflexión me llevó a considerar la memoria colectiva como algo inseparable de la individual. Buscando recuerdos comunes a casi todos los individuos de las sociedades occidentales llegué a los álbumes de fotos, repletos todos ellos de fotos bastante parecidas de las vacaciones de verano, de las fiestas navideñas. La infancia se reveló como un momento de esplendor común, un pasado tan memorable que incluso parece el último en desaparecer en enfermedades degenerativas. Paula Rego, una grandísima pintora, afirma que es en la infancia cuando todo sucede y que a partir de los 20 años comienza la muerte. En la infancia descubrimos la vida y el miedo, y el contexto en el que comienza este descubrimiento es la familia.

Aunque el tema de la memoria es fundamental en toda mi obra, en series como El contemplador o El muro los niños protagonistas miran el mundo sin llegar a comprenderlo, su extrañeza es compartida por ese niño interior que todos llevamos dentro que de vez en cuando vuelve a asombrarse o simplemente se siente superado ante lo sublime de la existencia. En la serie Los dobles la evidencia del niño interior manifiesta una identidad no única y por tanto la memoria se revela como algo construido.

El contemplador, Pilar López Báez

El contemplador, Pilar López Báez

Identidad, extrañeza, memoria e incluso sentimiento sublime ante la vida y la muerte. Mis cuadros  pretenden traspasar la realidad y apelar a otras realidades, vividas, sentidas o apenas imaginadas, revelando nuestra experiencia de ser en su intensa complejidad.

¿Cuáles son tus fuentes de inspiración? ¿Te sientes identificada con algún otro artista?

Mis fuentes de inspiración son varias, cualquier cosa que suceda a mí alrededor puede servir de chispa. Unas cuantas:

Salir a pasear, las fotos familiares, las fotos antiguas, las fotos repetidas en las que hay leves variaciones de gestos, los momentos en los que alguien está sin estar, las ruinas, las paredes viejas, los papeles, las cosas encontradas, los grabados antiguos, las manchas azarosas, determinadas frases sacadas de contexto, hablar con amigos pintores, etc.

En cuanto a artistas voy a nombrar unos cuantos: Paula Rego, Sorolla, Freud, Jenny Saville, Alex Kanevsky, Christos Tsimaris, Nathan Ford, Miguel Coronado, Golucho, Sophie Jodoin, y muchos más.

En tu proceso creativo, ¿tienes alguna costumbre, práctica o manía que puedas compartir?

Supongo que algo peculiar en mi proceso creativo que, aunque a veces trabajo con fotos realizadas ex profeso, otras veces trabajo con fotos que fueron realizadas para otros fines. Observo muchísimo todo lo que sucede en fotos familiares y extraigo de ellas figuras, composiciones, detalles. Algo que me encanta de ellas es que son fotos de momentos reales, los protagonistas no posan, simplemente están siendo ellos mismos.

¿Has realizado alguna exposición últimamente, qué puedes contarnos? ¿Tienes algún proyecto en mente?

Hace poco fui seleccionada en un curso de figuración con Antonio López y Andrés García Ibáñez en Olula del Río y fue una experiencia estupenda en todos los sentidos. Este verano expondré en Tenerife, en el Círculo de Bellas Artes, en una colectiva. Y para septiembre participo en una feria en Ordino, Andorra, para la cual estoy preparando bastante obra.

Podrías recomendarnos:

  • Un artista: todos los que he nombrado antes son magníficos, aunque podría reducir la lista a mis tres  imprescindibles: Paula Rego, Sorolla y Freud.
  • Una obra: es imposible escoger sólo una. Pongamos la Ofelia de John Everett Millais y Gran Interior. Paddington 1968-1969 de Lucian Freud.
  • Un libro: cuando era adolescente no podía vivir sin La insoportable levedad del ser de Milán Kundera y sin los cuentos de terror de Poe, Lovecraft y Maupassant. El Libro del desasosiego de Fernando Pessoa me ha acompañado siempre, y ahora adoro a los clásicos rusos.
  • Una película: no sé si es mi preferida pero me encanta y la he visto muchas veces La vida secreta de las palabras de Isabel Coixet.

Muchas gracias Pilar.

Disfruta de la obra de Pilar López Báez en Artelista y puedes leer la crítica que le hicimos.