Dice el refrán que “la belleza varía según los ojos que la miren” y quizás tenga razón. Hasta la fecha sabemos que Monet fue miope y que esto resultó más determinante que cualquier otro factor para que se decantara por el arte impresionante. Y es que, según parece, su talento natural combinado con esta manera diferente de ver el mundo contribuyeron a que se configurara el genio. Desde hace un tiempo también sabemos que quizás Leonardo Da Vinci tenía estrabismo pero hoy no hablaremos de este maestro sino de otro. El tenebrista por excelencia, Rembrandt, tenía un ojo estrábico y, lejos de dificultar el desarrollo de su genio, lo impulsó hasta convertirlo en un verdadero maestro en el arte de crear efectos en los que las figuras parecían emerger de la oscuridad.

Un defecto que género la perfección en Rembrandt

La edad de Oro neerlandesa no hubiera sido lo mismo sin él. Sus pinturas y dibujos tuvieron una gran influencia tanto en vida como después. Entre todas estas obras fueron analizadas unas de ellas con conclusiones pintorescas; Rembrandt tenía un ojo estrábico. Durante finales del siglo XIX y el siglo XX es cuando se fue analizando toda su obra. No fue hasta recientemente que investigadores del prestigioso Colegio de Medicina de Harvard cayeron en la cuenta de que Rembrandt podía haber tenido estrabismo. Esto es debido a que, en sus cuadros, el pintor podía percibir el mundo “como una imagen plana” tal como asegura el equipo de neurobiólogos. Asimismo, “mientras que un ojo miraba al frente, el otro lo hacía hacia afuera, lo que implica que sólo podía ver el ancho y el largo de una imagen pero no la profundidad, pues es el alineamiento perfecto de los ojos, conocido como visión estereoscópica, lo que permite que veamos en tres dimensiones”.

Rembrandt, (dominio público, vía Wikimedia Commons)

¿Qué significa todo esto? Bueno, necesitamos un ejemplo de pintura para principiantes para entenderlo. Cuando se estudia pintura, el hecho de ver las figuras en tres dimensiones hace difícil que los estudiantes consigan realizar sus primeras obras. Es habitual, por tanto, que los maestros de pintura recomienden que se cierre un ojo para, de este modo, puedan ver una imagen plana. Rembrandt ya tenía una ventaja de partida, ¿No crees?

¿Es el estrabismo de Rembrandt tan inusual en pintura?

Lo cierto es que posiblemente no. Se ha descubierto que Da Vinci también pudo tener mucho que ver en el desarrollo de su arte. De hecho, esto se descubrió tiempo después de saber que Rembrandt lo era. Curiosamente lo que debía haber sido una desventaja no lo fue ya que suponer las tres dimensiones a partir de las dos dimensiones de un solo ojo es más sencillo. A nivel pictórico, una desventaja previa se llegó a convertir en uno de los muchos ingredientes que conformaron su genio. ¡Y gracias que le tenemos que dar a ese “defecto” por legarnos a dos grandes genios!