Los coleccionistas Spencer y Marlene Hays personifican el sueño americano aunque su pasión es parisina: el arte de la Belle Époque, al que pertenecen las 200 obras de que muestran en la capital francesa
París es un mito dorado para los estadounidenses, sinónimo de libertad y sofisticación desde que la describieran fascinados Scott Fitzgerald o Hemingway en los Felices Años Veinte. Una seducción que ha calado en los Estados Unidos, como demuestran Spencer y Marlene Hays.
Este matrimonio de Nashville (Tennessee) empezó a coleccionar arte en los años setenta. Amantes de la cultura francesa, el objeto de su devoción no era el París literario de la Generación Perdida, sino otro anterior, no menos loco: el de la Belle Époque y sus míticos cabarets, que frecuentaban los artistas.
Entre finales del siglo XIX y comienzos del XX, París vive la ebullición de movimientos artísticos determinantes, como el impresionismo. Los Hays comienzan por aquí su colección. Les gusta recordar sus paseos por París en los cuadros que compran y para guardarlos mandan construir su mansión de Nashville a imagen de un palacete de la Rúe Grenelle parisina.
Spencer Hays es un ejemplo del sueño americano: de origen humilde, gracias a la venta de libros puerta a puerta, hoy es una de las grandes fortunas del país. El matrimonio posee una fantástica colección que se exhibe ahora en el Museo de Orsay de París. Son doscientas obras: Manet, Degas, Gauguin, Pissarro, Matisse, Fantin-Latour, Toulouse-Lautrec…
Su gran hallazgo fue, en la década de 1980, el movimiento de los Nabis, que en 1890 se postula para sustituir al agotado impresionismo con una propuesta estética basada en interpretaciones de la vida interior, la intimidad, los sueños y los símbolos. Adquirieron importantes piezas como el séptimo panel de Los jardines públicos, de Edouard Vuillard o la obra de juventud más relevante de Pierre Bonnard: un biombo que había sido separado y han vuelto a reunir los coleccionistas (foto), junto con paneles decorativos de Maurice Denis y composiciones simbolistas de Odilon Redon.
La muestra termina con el Retrato de Chaïm Soutine que pinta Amadeo Modigliani en la puerta del apartamento del marchante Léopold Sborowski, en aquel París bohemio de buhardillas destartaladas y artistas hambrientos que llega con el siglo XX.
Más información: Museo de Orsay de París
Hasta el 18 de agosto de 2013
Aurora Aradra