Una gran retrospectiva sobre el pintor catalán en Barcelona descubre las obras que guardaba en su taller, muchas inéditas
Hay obras que dicen más de quien las realizó por lo que ocultan... o porque ellas mismas permanecen ocultas. Hablamos de las piezas que un artista decide conservar en su estudio. Durante veinte años Picasso guardó el lienzo de Las Señoritas de Avignon en su taller, vuelto hacia la pared, sin enseñárselo a nadie. Lo había presentado ya antes a la crítica y fue un escándalo. Cuando por fin volvió a exhibirse, tras dos décadas, cambió para siempre el rumbo del arte moderno. ¿Qué ha de tener un cuadro para el artista lo atesore en su taller?
Pueden responder a esta pregunta las 140 obras de Antoni Tàpies que exhibe esta exposición. Proceden de la casa del artista y de su Fundación en Barcelona, donde se presenta la muestra además de en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), que abre por fin sus puertas al maestro abstracto.
Se trata de una retrospectiva organizada de forma conjunta por ambos museos y comisariada por el valenciano Vicente Todolí, ex director de la Tate Modern de Londres, quien ha tratado de ofrecer una mirada nueva sobre el artista, alejada de los tópicos, a partir de sus obras particulares.
El título, Desde el interior, alude por un lado a la oportunidad que entraña la cita de ahondar en el legado menos conocido del artista y descubrir obras que apenas se han mostrado al público o que incluso permanecen inéditas.
Pero también se refiere a esa energía de Tàpies como experimentador infatigable, incluso obsesivo, desde su vanguardista ruptura con la tradición creativa hasta encontrar su propio lenguaje, así como a la espiritualidad y el compromiso político que siempre le caracterizaron.
El recorrido se estructura en torno a dos líneas de trabajo del artista: sus grandes composiciones murales (la mayoría expuestas en el MNAC) y los materiales cotidianos y humildes, que pueden verse sobre todo en la Fundación Tàpies.
A partir de estas nociones, la exposición repasa la trayectoria de Tàpies desde mediados de la década de 1940, cuando se identifica con el informalismo y funda el movimiento Dau al Set, hasta su última producción de 2011, pasando por sus trabajos que incorporan el látex y las planchas y el ensamblaje de objetos heterogéneos en la superficie de la tela. Todo al servicio de una filosofía que ha querido destacar Todolí: “que lo que se percibe como marginal puede sugerir ideas esenciales”. Una idea patente en obras como Bastidor cubierto con plástico (1968), Cajón de serrín (1969), Pila de platos (1970), Silla y ropa (1970) y Palé (2002), entre otras.
Más información: Fundación Tàpies y Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona
Hasta el 3 de noviembre
Aurora Aradra