Caixa Catalunya trae a Barcelona (España), a través de su Obra Social, a una de las figuras clave del constructivismo ruso. Pintor, escultor, diseñador y fotógrafo, en la línea de las vanguardias de comienzos del s.XX, Aleksandr Ródchenko se sumará con su obra a las bases de un arte mínimo y autorreferencial, siempre en búsqueda constante de la plasmación del orden interno debido por una sociedad equilibrada.
Construyendo una sociedad
Si el expresionismo fue un arte de la decepción, su homónimo temporal en la Unión Soviética va a ser un arte al servicio de la esperanza en el cambio. La revolución de octubre del 17 dará el pistoletazo de salida a esta nueva concepción, gestando una sociedad donde las posibilidades de mejora se vislumbran como una realidad. Dentro de este contexto surgirá un arte nuevo, un arte de la revolución, que abogará por la idea de la producción versus la artesanía, y donde la técnica está considerada la clave del desarrollo que habrá de llegar. El constructivismo se asienta en la base de un arte para la masa, de un arte social al servicio de la generación de un sistema económico y político más equilibrado (en el caso de Ródchenko, uno de los fundadores del movimiento, de una forma utilitaria) que dará como resultado un arte puro, no-objetual, entendido como el medio de expresión formal de este sistema.
Un investigador del espacio
Ródchenko va a ser un experimentador; tomará las herramientas plásticas que considere más adecuadas para alcanzar los objetivos marcados por su búsqueda y, así, oscilará entre la pintura, la fotografía (es un medio que le permite producir de forma mucho más masiva) e, incluso, la ingeniería (aplicada al arte). La exposición presente en La Pedrera nos muestra las diversas caras de este creador, concretadas en la recopilación de 250 obras (diseños, dibujos, fotomontajes, etc.) que marcan los diversos pasos dados a lo largo de su investigación plástica.
Más información: Obra Social Caixa Catalunya