Si eres un amante del arte y quieres adquirir cualquier obra, primero asegúrate de que no es una falsificación. Y es que sólo en 2004 las falsificaciones movieron 200 millones de euros, según la Interpol. La mejor garantía para que no te estafen: la autenticidad.
Las inversiones en obras de arte son un buen negocio hoy en día. Y no sólo para compradores o vendedores, también para estafadores. En España existen cerca de un centenar de bandas especializadas en el robo y la falsificación de este tipo de piezas de gran valor, lo que ha impulsado a los servicios policiales a intensificar la lucha contra este tipo de delitos a través de sofisticados mecanismos que garantizan la autoría, veracidad y seguridad de estas obras de arte.
Las falsificaciones más sonadas
Ha habido a lo largo de la historia muchos casos de falsificación. Uno de los más famosos es el que rodeó al cuadro ‘Jarrón de flores’ del artista impresionista Paul Gauguin. Sotheby’s y Christie’s sacaron a la venta dos obras iguales bajo ese mismo título. Pero la obra se presentaba como obra de arte única y en la documentación constaba que Gauguin sólo había pintado un cuadro de esas flores. Las dos casas de subastas sospecharon y pidieron la intervención de una de las expertas en Gauguin, Sylvie Crussard. Después de contemplar los dos cuadros Crussard vaticino que el de Christie’s era falso. Era un caso único de similitud.
Christie’s retiró el cuadro y se puso en contacto con el vendedor, la Galería Muse de Tokio, que no tenía ni idea de que había compadro un cuadro falso. La policía investigó y fue entonces cuando se destapó la trama que tenía montada Ely Sakhai, un iraní anticuario y marchante de arte que llevaba 15 años comprando obras de segunda fila de artistas reconocidos que después mandaba copiar para colocarlas a museos, galerías y particulares de Nueva York.
¡Que no te den gato por liebre!
Este es sólo uno de los muchos casos de falsificación. Por eso, si eres un amante de las artes plásticas y quieres adquirir, por ejemplo, un Picasso, un Matisse o cualquier obra de arte, primero asegúrate de que la obra adquirida no es una vulgar falsificación. La mejor garantía para la transacción comercial de una obra de arte es su autenticidad, tanto para el comprador como para el vendedor y, a ser posible, la presentación de una declaración por parte del autor que asegure la legitimidad de la pieza.